Así se ejerce la medicina a casi 3.000 metros de altura en Perú

Viernes, 24/03/2017

La clínica Kausay Wasi, con menos de 300 metros cuadrados, ha logrado montar dos salas de operaciones, un laboratorio, una farmacia, una sala de rayos X, seis consultorios, una sala para procedimientos odontológicos y, a una cuadra, una unidad de terapia física y rehabilitación, donde también hacen prótesis ortopédicas.

GE Reports. Guido nació en una de las zonas más pobres de Perú: Coya, una zona rural ubicada a casi 3 mil metros de altura en el Valle Sagrado, a las afueras de Cusco, y caracterizada por severas carencias de servicios tan básicos como la electricidad o la atención médica.

A diferencia de sus vecinos, Guido se mudó desde pequeño a Estados Unidos donde tuvo la oportunidad de entrar a la universidad y hacer una exitosa carrera como médico. Al retirarse, Guido pudo haber elegido quedarse en Estados Unidos para ver a sus nietos crecer. Sin embargo, eligió volver a su pueblo natal e iniciar, de a poco, un cambio trascendental para ofrecer una atención hospitalaria digna y prácticamente gratuita para los habitantes de escasos recursos de Coya y las zonas aledañas.

Convertido en el doctor Guido del Prado, fundó en 2005 la clínica Kausay Wasi, cuyo significado en quechua es “Casa de la Salud”. En menos de 300 metros cuadrados, ha logrado montar dos salas de operaciones, un laboratorio, una farmacia, una sala de rayos X, seis consultorios, una sala para procedimientos odontológicos y, a una cuadra, una unidad de terapia física y rehabilitación, donde también hacen prótesis ortopédicas.


Al personal permanente de la clínica, que incluye médicos internistas y enfermeras, se suman año con año decenas de médicos especializados en áreas como la ortopedia, la cirugía o la anestesiología, que llegan a Coya después de varias lecciones de quechua y el entusiasmo acumulado para atender durante dos semanas a los 70 pacientes que recibe la clínica en promedio diariamente.

Lo cierto es que el entusiasmo es solamente una parte de esta casa de la salud. La otra es la tecnología. “El doctor Del Prado conoce a médicos en todo el mundo. Y constantemente lo llaman para ofrecerle instrumental, mesas quirúrgicas, todos los materiales médicos que normalmente no tendría una clínica en una zona tan rural”, dice Paola Ponce, especialista en Imágenes Clínicas de GE Healthcare para la zona andina y Centroamérica y el Caribe.

Gracias a la gestión del doctor Del Prado, adquirió un equipo OEC Brivo, que permite realizar cirugías mínimamente invasivas, logrando una recuperación más rápida y menos dolorosa para el paciente. Luego de la venta, GE Healthcare se encargó de hacer la importación, entrega e instalación así como el entrenamiento al personal para el uso del equipo.

“Muchos médicos se dedican a colocar prótesis metálicas o clavos en las caderas en los pacientes. Pero ¿cómo saben si el clavo llegó a donde debía llegar? No lo saben, en realidad muchos trabajan a ciegas. Entonces las cirugías demoran más o son más invasivas porque tienen que hacer incisiones más grandes”, explica Talía Vargas, Key Account Manager de GE Healthcare.

Con este OEC Brivo eso ya no sucede porque al tener información en tiempo real, el médico puede tener la certeza de que el implante que colocó está donde debe estar y puede tomar decisiones en el momento de la cirugía. Además, puede utilizar el equipo en cirugía general, así como en ortopedia y traumatología, cirugías de columna, urología y cirugía abdominal, además de colocación de marcapasos y manejo de dolor. En poco tiempo, el OEC Brivo se ha vuelto un aliado invaluable para todo el equipo médico de Kausay Wasi.

La mejor prueba de la utilidad del equipo y del cambio trascendental que inició el doctor Del Prado hace más de 10 años ocurrió recientemente en una campaña de cirugías ortopédicas para niños de la zona. “El equipo les ayudó mucho en la campaña porque duplicó el número de pacientes atendidos y les facilitó a los médicos ver en tiempo real cómo estaban los huesos de los niños”, cuenta Paola.

Tanto Paola como Talia describen su experiencia en la clínica con orgullo. Tienen como meta buscar formas para ayudar con más entrenamiento y otras posibles donaciones para que la clínica siga prestando servicios de primera a estas regiones tan vulnerables.

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