Brexit generaría convulsión de cara a la regulación de fármacos en la UE y Reino Unido

Lunes, 27/06/2016

Si bien algunas compañías podrían verse beneficiadas -dadas las lógicas cambiarias que se modificarán-, el Brexit amenaza a la industria farmacéutica inglesa y europea, y en particular a los entes regulatorios y su cobertura.

Reuters. La decisión que tomó Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea generó una incertidumbre regulatoria para las compañías farmacéuticas. Esto porque la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) con actual sede en Londres y la cual aprueba los tratamientos para todos los países de la UE, deberá trasladarse .

La asociación de industrias de productos farmacéuticos de Alemania anunció el viernes que el equivalente de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. en Europa tendría que trasladarse a una ciudad dentro de la UE, lo cual traerá muchos dolores de cabeza a la administración de dichas empresas.

Desde la  mayor farmacéutica británica, GlaxoSmithKline, afirmaron que el voto de salida "crea incertidumbre y complejidad potencial para nosotros en el futuro", aunque el impacto en su negocio global sería pequeño, en tanto la asociación comercial de la industria farmacéutica del Reino Unido advirtió de los retos que traería a futuro este cambio en inversión, investigación y empleo.
Ejecutivos de la industria temen que la agitación en el EMA pueda enredar el proceso de aprobación de medicamentos de la UE y Gran Bretaña deba desarrollar su propio sistema de regulación interna, lo que llevaría a más confusión.
Aunque Gran Bretaña podría continuar a participando en la EMA si permanece en el Espacio Económico Europeo, como lo hace actualmente Noruega, muchos de los que apoyan su salida de la UE se oponen a esa opción.

Como resultado, los pacientes británicos podrían pasar a la parte posterior de la cola de espera de nuevos medicamentos ya que las empresas priorizarían el mercado europeo, dada su masividad y extensión, y algunos medicamentos podrían quedar en un limbo regulatorio.

La EMA, con un personal de tiempo completo de más de 600, es la institución más grande de la UE en Gran Bretaña y ha supervisado la aprobación de medicamentos paneuropeos desde 1995 desde la sede enclavada entre los bancos globales en Canary Wharf de Londres.

Una portavoz de la EMA afirmó que era prematuro hacer comentarios sobre su futuro. "Es demasiado pronto para prever las consecuencias de esta decisión y en este momento estamos a la espera de nuevas orientaciones de la Comisión Europea", sentenció.

Las compañías farmacéuticas y los funcionarios de salud en Suecia, Dinamarca, Italia y Alemania han expresado su interés en acoger a la EMA, en lugar de Londres, ya que las empresas de estos países están entusiastas a ubicarse cerca del regulador clave de la región.
IMPACTO MONETARIO
El impacto sobre las ganancias, con la salida de Gran Bretaña de la UE, se limitarán para muchos fabricantes mundiales dado que Estados Unidos es lejos el mercado más grande de fármacos con receta y Asia también tiene una creciente importancia.

GSK dijo que no preveía un golpe material a su negocio -y en el corto plazo los analistas esperan incluso disfrutar de un aumento de ganancias gracias a una libra más débil, ya que los ingresos extranjeros deberán convertirse a la libra esterlina.

AstraZeneca, que reporta en dólares, y su rival suizo Roche no podrán disfrutar de un ascenso por dicha moneda, pero ambas compañías afirmaron que era vital que Gran Bretaña siguiera apoyando a la industria de ciencias de la vida, a raíz de la consulta.

La industria farmacéutica emplea a más de 70 mil personas en el Reino Unido y representa el 25% de todo el gasto en investigación y desarrollo de negocios en el país.

Muchos científicos están preocupados de que los fondos para la investigación académica, que han sido bien apoyados por la Unión Europea en las últimas décadas, ahora estén en peligro, junto con importantes colaboraciones de investigación entre la isla y Europa.

"Ahora que la dirección que se ha establecido es salir de la UE, es fundamental que el gobierno desarrolle planes claros para salvaguardar el futuro de la ciencia y la investigación en el Reino Unido", aseveró Robert Lechler, presidente de la Academia de Ciencias Médicas.

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