Importante: Descubren nuevo mecanismo de defensa antibacteriana del cuerpo

Viernes, 05/05/2017
En las heridas, fragmentos de trombina, una proteína común de la sangre, actúa como un “pegamento” que neutraliza a las bacterias y sus toxinas.
Lund University

Los investigadores en dermatología en la Universidad de Lund en Suecia creen que han resuelto el misterio de por qué somos capaces de prevenir rápidamente una infección de propagarse de manera incontrolable en el cuerpo a raíz de una herida. Y no sólo eso, creen que este conocimiento puede ser de importancia clínica para el desarrollo de nuevas formas de contrarrestar las bacterias que, crecientemente, resisten la acción de los antibióticos.

"Quizás no necesitamos matarlos con antibióticos, sino simplemente agarrarlos para que el cuerpo pueda cuidar mejor la infección", dicen Jitka Petrlova (autora principal del artículo) y Artur Schmidtchen, profesor de Dermatología y Venereología, Universidad de Lund. El estudio se llevó a cabo en estrecha colaboración con sus colegas en Lund, Copenhague y Singapur, y ha sido publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los investigadores han descubierto que los fragmentos de trombina -una proteína común de la sangre que se puede encontrar en las heridas- pueden agregar, pegar, bacterias y sus toxinas; algo que no vieron en el plasma sanguíneo normal. La agregación se lleva a cabo rápidamente en la herida y hace que las bacterias y las endotoxinas no sólo se reúnan, sino que también sean "comidas" por las células inflamatorias del cuerpo.

"De esta manera, el cuerpo evita una propagación de la infección, creemos que este es un mecanismo fundamental para la neutralización de las bacterias y sus toxinas durante la cicatrización de heridas", dice Jitka Petrlova y continúa: "Nuestro descubrimiento vincula la agregación y la formación de amiloides a nuestra defensa primaria contra las infecciones, nuestra inmunidad innata. Es bien sabido que varias proteínas de agregación pueden causar la enfermedad amiloide, en la piel o los órganos internos, como el cerebro. Para protegernos de las infecciones, a veces pueden ser sobre activados y conducir a enfermedades degenerativas".

Artur Schmidtchen, que ha llevado a cabo investigaciones en el campo de la inmunidad innata durante más de 20 años, está satisfecho con los resultados del estudio.

"Siempre me ha fascinado cómo la naturaleza ha creado efectivamente diferentes mecanismos de defensa, y la cicatrización de heridas proporciona una fuente rica de nuevos descubrimientos. La capacidad de curar eficazmente las heridas es de importancia evolutiva para nuestra supervivencia. En comparación con los antibióticos, la inmunidad innata ha estado operando por millones de años, y creo que deberíamos considerar la aplicación de estos conceptos en una era de resistencia antibiótica creciente".

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