Uruguay: ¿Cómo operaba la banda que estafó al Estado a través del Fonasa?

Miércoles, 01/03/2017

Se cree que hay más de 3.000 personas que fueron engañadas y aceptaron “inscribirse” a una mutualista.

El Observador. En Uruguay, la jueza penal Julia Staricco procesó con prisión a tres personas por el delito de estafa continuada especialmente agravada luego de detectarse la millonaria maniobra realizada a través del Fondo Nacional de Salud (Fonasa). Según dijeron a El Observador fuentes del caso, se cree que hay más de 3.000 personas que fueron engañadas y aceptaron “inscribirse” a una mutualista.

Según informó el medio Subrayado, uno de los procesados es el cabecilla de la banda, que tiene 23 años y ya poseía antecedentes por estafa. La investigación, a cargo de Staricco junto con la fiscal Mónica Ferrero y Jefatura de Montevideo, estima que la estafa se viene produciendo desde 2011 y supone pérdidas millonarias para el Fonasa.

¿Cómo operaban los estafadores?

Un grupo de personas iban hasta un asentamiento de Montevideo y comenzaban a ofrecer-megáfono en mano- la inscripción a una mutualista a cambio de dinero, lo que se conoce como intermediación lucrativa y que constituye un delito que el Ministerio de Salud Pública (MSP) persigue.

Casi de inmediato, una fila de personas se formaba frente a quienes hacían los anuncios. Por inscribirse a ese centro de salud, les pagaban unos $500 (US$ 17,7). A su vez, los reclutadores cobraban entre $1.500 (US$ 53) y $2.000 (US$ 70,8).La diferencia con otras denuncias por intermediación lucrativa es que, en este caso, ninguno de los nuevos afiliados era trabajador, es decir, no aportaba a BPS y, por ende, no se le descontaba Fonasa.

Pero se creaban empresas fantasmas donde figuraban esos trabajadores ficticios. De esa manera, la Junta Nacional de Salud (Junasa) –organismo encargado de controlar el Sistema Nacional Integrado de Salud- pagaba las cápitas (el monto que se paga por cada trabajador a la mutualista) por esos trabajadores falsos.

El jefe de Policía de Montevideo, Ricardo Pérez, dijo a Subrayado que las empresas fantasma eran dos de limpieza y una de mantenimiento. “Si bien no lo podemos establecer claramente podemos decir que es una estafa que son varios millones de pesos y podríamos traducir en una cifra importante de dólares”, indicó.

El promedio de las cápitas es de $ 1.800 (US$ 63,7) y va en aumento, dependiendo de la población que se atienda. Por ejemplo, el paciente por el que se paga más es un varón menor de un año, cuya cápita es de $6.090 (US$ 215,8).

El viernes 24, 42 personas que habían aceptado la oferta de los estafadores declararon ante la jueza Staricco. Según pudo saber El Observador, muchos de ellos afirmaron que aceptaban firmar porque con el dinero que les ofrecían “comían por dos días”.

Ahora, la Justicia intenta determinar si se trata de una asociación para delinquir y si hay alguna mutualista implicada. En caso de que se compruebe que la maniobra implicaba a una organización criminal, pasará a manos de Crimen Organizado. Por ahora, no se puede establecer ya que el cabecilla de la banda defendió a los otros dos procesados, que alegaron haber sido estafados por su jefe. A su vez, el cabecilla había logrado que esos hombres cobraran un subsidio por desempleo que no era real.

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