Xeed: La robótica al servicio del Parkinson

Miércoles, 07/09/2016

La empresa desarrolla dispositivos "vestibles" con sensores a un precio bajo, lo que podría universalizarlo y ayudar a la recolección de información en tiempo real sobre los movimientos que realizan los pacientes con esta enfermedad. 

Knowledge@Wharton. Existen numerosas enfermedades insidiosas que debilitan a las personas, pero una de las peores es la enfermedad de Parkinson. Su grado de importancia adquirió notoriedad por celebridades como Michael J. Fox y Muhammad Ali, quien recientemente falleció debido a complicaciones causadas por la enfermedad. Cerca de 60.000 personas al año se ven afectadas por la enfermedad de Parkinson, y se estima que de 7 millones a 10 millones de personas en todo el mundo sufren este mal. Alfredo Muñiz y Sade Oba, estudiantes de la Universidad de Pensilvania, esperan que su investigación sobre robótica pueda ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que viven con la enfermedad. Ambos están poniendo a prueba la eficacia de la utilización de sensores de movimiento para la recogida de datos. Para ello, fundaron una empresa llamada Xeed. Los dos estuvieron en el programa de Knowledge@Wharton, canal 111, de Sirius XM, y hablaron sobre su trabajo y la forma en que se puede aplicar.

A continuación, la versión editada de la entrevista.

Knowledge@Wharton: ¿Cómo surgió la idea de reunir datos sobre la enfermedad de Parkinson?

Alfredo Muñiz: De hecho, vino de un robot. También somos estudiantes de maestría de robótica en la Universidad de Pensilvania y todo comenzó con un robot que podía hacer cualquier cosa. Sorprendentemente, nadie quería comprarlo. Podemos compararlo con Amazon Echo, sólo que es móvil. Después de seis meses de tratar de comercializarlo, nos dimos cuenta de que no tendríamos éxito. Nadie quería este robot espectacular porque Amazon Echo ya había sido lanzado.

Tomamos entonces un par de sensores del robot y los utilizamos para una finalidad diferente. Después de hablar con algunas personas, nos dimos cuenta de que los sensores podrían seguir con éxito movimientos motores bastante sutiles. Después de una breve charla con un fisioterapeuta, nos centramos en los trastornos motores y luego, sobre todo en la enfermedad de Parkinson. Las personas que sufren esta enfermedad desean con todas sus fuerzas una nueva forma de hacer un seguimiento de la enfermedad, a lo que esperamos contribuir de alguna manera.

Knowledge@Wharton: Tuvieron la idea de utilizar una prenda tecnológica para hacer un seguimiento. ¿Cuál es el siguiente paso en este proceso?

Muniz: En nuestros estudios con la robótica, notamos que si usted tiene un brazo robótico, se puede hacer cualquier cosa. La idea no es nueva. La gente ya ha tratado de hacer brazos robóticos humanos. Sólo estamos usando los mismos principios, pero sin el hardware. Por lo tanto, esto en realidad es parte del seguimiento. Ahora tenemos prototipos. Hemos recibido un pedido de China con cerca de 100 sensores diferentes y vamos a testearlos en versión beta en nuestras comunidades aquí en Filadelfia.

Knowledge@Wharton: ¿Con qué velocidad ha avanzado el proceso?

Sade Oba: Muy rápidamente. Estamos trabajando en él desde hace poco más de un año, pero la transición de robot a prenda tecnológica nos llevó cerca de dos meses. Hasta llegar al siguiente razonamiento: “¡De acuerdo, tenemos que usar sólo unos sensores, convertirlos en objetos que pueden llevarse puestos, vamos!” Afortunadamente, habíamos acumulado experiencia suficiente en la época en que fuimos becarios en la industria del diseño de productos y prendas tecnológicas en el campo de la medicina por lo que pudimos producir rápidamente un prototipo y una versión para presentarla a las personas.

Knowledge@Wharton: Usted ha dicho que habló con un fisioterapeuta. ¿Me imagino que la comunidad médica está mostrado más interés recientemente?

Oba: Sí, llegamos a un nuevo acuerdo con la doctora Alice Chen-Plotkin, profesora asistente de neurología en la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pennsylvania, donde hay un pequeño grupo de 250 pacientes con Parkinson que pondrán a prueba nuestros dispositivos, lo cual es fantástico. Contamos con información muy interesante.


Knowledge@Wharton: ¿Qué esperan los médicos lograr con la recolección de datos sobre todos estos movimientos?

Muniz: La doctora Chen-Plotkin está muy interesada en la eficacia de los medicamentos y los tratamientos de que dispone. Cuenta con un espacio en la Penn Tower y quiere que participemos en las pruebas en las que diferentes pacientes utilizarán el dispositivo. Las sesiones serán filmadas. Los pacientes estarán allí durante unas pocas horas al día. Nuestro papel será básicamente hacer un seguimiento de ellos. Un médico les preguntará: “¿El medicamento está funcionando? ¿Usted es discinético? ¿Ha pasado el efecto del medicamento? ¿Necesita tomar el medicamento ahora?” Haremos un seguimiento de esto con los datos de las prendas tecnológicas. Con eso y un poco de aprendizaje automático, esperamos correlacionar los resultados con un mayor número de personas.

Knowledge@Wharton: La expectativa es que los médicos puedan comprender la eficacia de la medicación, si algunos pacientes no necesitan tanta como otros, ¿verdad?

Oba: Sí. Muchos pacientes se preguntan: “Muy bien, ¿voy a poder reunirme mañana a las dos de la tarde con otros miembros del consejo de administración de mi empresa? ¿Voy a mostrar alguna señal de que tengo la enfermedad de Parkinson? ¿Cómo evitar esto? ¿Cuándo tengo que tomar mi medicación para evitar que esto suceda? “Tal vez la persona piensa que debe hacerlo con dos horas de antelación, por ejemplo. Pero esto es algo que varía de persona a persona. Nuestra empresa tiene como objetivo la atención personalizada de los que sufren la enfermedad de Parkinson.

Muniz: Actualmente estamos en la fase de fabricación, producción no masiva; sólo prototipos pequeños. Hicimos nuestro primer prototipo hace más de un año. Era una enorme caja blanca. Básicamente, una parte de componentes estandarizados. A continuación, reducimos su tamaño e hicimos 15 cajas. Encontramos algunos problemas a continuación. Ahora estamos en la tercera versión que estamos llamando “marca tres” y que queremos entregar a los pacientes para que lo prueben.

Knowledge@Wharton: Cuando la gente piensa en prendas tecnológicas, piensan de Fitbit o algo así. ¿El objetivo final es hacer que el dispositivo tenga un tamaño similar a los demás?

Oba: En realidad, ahora es algunos milímetros más pequeño que el Fitbit, que es el tamaño actual de nuestro “marca dos”. Lo que estamos diseñando ahora es aún más fino. No nos importa si su apariencia es poco voluminosa. El objetivo no es que sea atractivo. Al final, lo que nuestros pacientes quieren es ser capaces de controlar la enfermedad sin la ayuda de otros.

Knowledge@Wharton: ¿Algunos de ustedes tienen a alguien en la familia con la enfermedad de Parkinson?

Oba: No, en nuestra familia no hay nadie con la enfermedad, pero tuvimos un mentor en la facultad, que prefiere permanecer en el anonimato, que sufre este mal. Después de trabajar con esta persona durante años nos dimos cuenta de que las personas afectadas por la enfermedad puede recurrir a prendas tecnológicas como la nuestra.

Muniz: A pesar de que tenemos toda esta tecnología, todavía hay mucho que no sabemos acerca de la enfermedad. Esto se debe al hecho de que no existen las herramientas necesarias para cuantificar objetivamente lo que está sucediendo.

Knowledge@Wharton: Sade, usted mencionó un consejero delegado que puede estar sufriendo la enfermedad de Parkinson y no quiere hacerla pública. Estamos hablando de una dolencia que conlleva un estigma.

Oba: Sí. Uno de los puntos fundamentales de nuestra empresa es: “¿Cómo proporcionar un servicio a nuestros pacientes para darles una gran cantidad de información sin que esta información se filtre a los demás?” […] Estamos tratando de encontrar una manera de dar a nuestros pacientes una gran cantidad de información acerca de cómo pueden mejorar su vida cotidiana sin anunciar al mundo que tienen Parkinson. Esto es posible con un dispositivo pequeño, y una aplicación de teléfono que pueden utilizar para supervisar esta información. También pueden elegir con quién compartir esta información: puede ser el terapeuta físico, el médico, un miembro de la familia o su cuidador.

Knowledge@Wharton: ¿Supongo que la forma de probar y desarrollar el dispositivo es conectarlo a su teléfono inteligente, tableta o computador portátil, para tener la información y poder comunicársela a un fisioterapeuta, un médico, cuidador?

Oba: Correcto. Uno de los retos más interesantes es exactamente cuanta cantidad de información compartir. Algunas personas quieren obtener toda la información posible. Son personas que quieren saber exactamente cómo se mueve su brazo. Algunos sólo quieren saber cuando llevan demasiado tiempo inclinados sobre la mesa, ya que este es uno de los síntomas. No se dan cuenta hasta que están encorvados. Algunas personas quieren información sencilla como: “¿Me podrías dar un toque cuando haga eso, que es justo lo que quiero saber?” ¿Cómo personalizamos la información en una aplicación de este tipo? ¿Qué otra información quieren saber los pacientes? ¿Cómo superponemos esto con lo que desean los terapeutas y los médicos? Esa es una de las cosas que estamos haciendo actualmente con respecto a nuestro software; cómo tener una interfaz unificada, fácil de usar y que cumpla con las necesidades de todos.

Knowledge@Wharton: ¿Qué aprendió de esta experiencia?

Muniz: Aunque Sade sea ingeniera mecánica y yo ingeniero eléctrico, durante el tiempo que estuvimos en la Universidad de Pennsylvania teníamos tantos recursos que básicamente nos volvimos locos aprendiendo muchas cosas diferentes y aprovechando la presencia de otros estudiantes para ayudarnos, y de los profesores. Son cosas nuevas, pero creo que siempre estamos acostumbrados a aprender cosas nuevas, siempre tratando de avanzar y descubrir cosas nuevas.

Oba: Nunca hemos estado tan concentrados. Hemos hecho un amplio número de proyectos juntos en los últimos años. Nunca nos imaginamos que nos gustaría volver a trabajar en un dispositivo médico. Nos conocemos desde hace unos nueve años. Hicimos la escuela secundaria enfocada en las profesiones médicas y juramos, después de pasar cuatro años a la sombra de los médicos, que nunca más haríamos nada en el campo de la medicina. Sin embargo, después de graduarnos de la universidad, la primera cosa que hicimos fue abrir una empresa de dispositivos médicos. Es interesante haber hecho el círculo completo y estar centrados ahora en una cosa específica.

Knowledge@Wharton: ¿Hay otras áreas en las que le gustaría concentrarse en vista del potencial de este dispositivo?

Oba: Sí. En un principio, esperamos continuar y ampliar el foco a otros trastornos motores ─ la esclerosis múltiple, la rehabilitación de pacientes que han sufrido un derrame cerebral─, también concentrarnos en aquellas personas que tienen que controlar exactamente cómo se mueven en el día a día, los que tal vez no tengan curación de momento, pero que sólo quieren saber: “¿Cómo puedo estar mejor a esta hora mañana?”

Knowledge@Wharton: ¿Cómo ha sido la experiencia de esta empresa y verla desarrollarse en un corto período de tiempo?

Muniz: Una locura. Tuvimos que tomar decisiones. No se puede ser un superhombre y hacer todo a la perfección todo el tiempo. Es obvio que nuestras notas se vieron ligeramente perjudicadas, pero nos formamos y conseguimos este premio. Realmente merece la pena […] Gente de todo el mundo se ha puesto en contacto con nosotros. Cada vez que sale un reportaje sobre el tema, hay un nuevo socio que quiere experimentar con nuestros dispositivos en su clínica. Siempre hay pacientes nuevos que sólo quieren probar la versión beta. También hay dueños de negocios que nos dicen: “Tengo la enfermedad de Parkinson, tal vez me puedan ayudar”.

Oba: La red de contactos se está ampliando. Muchas personas han contactado con nosotros. Estamos tratando de ponerlo todo junto para asegurarnos de que somos capaces no necesariamente de satisfacer a todas las personas, pero de manejar la situación de forma que encaje en el calendario de crecimiento de nuestra empresa. Esta es una de las cosas interesantes del lado de la actividad emprendedora: ¿cómo asegurarse de que todas estas personas cabrán en tu calendario? ¿Será posible?


Knowledge@Wharton: ¿La tercera versión en la que están trabajando ahora será la que llegará al mercado? ¿O todavía hay partes que están tratando de mejorar?

Muniz: Todavía no está en el mercado debido a las regulaciones gubernamentales, la Comisión Federal de Comunicaciones y posiblemente también la FDA. Se trata de certificados que tenemos que tener antes de poder vender el dispositivo físico. Sin embargo, ya podemos vender el servicio. En este momento, sin embargo, no estamos interesados en ganar dinero todavía. Estamos interesados sólo en afinar el dispositivo. También habrá una o dos versiones antes de enviarlo a la producción en masa y para la venta legal.

Knowledge@Wharton: ¿Por qué necesita la aprobación de la FCC?

Oba: Exacto, debido a nuestra comunicación inalámbrica. Si se comunica de forma inalámbrica en un dispositivo que está produciendo, es preciso contar con una certificación de dicho organismo. Es una especie de zona gris: o bien compras el chip de otra persona en el mercado o creas el tuyo propio. Actualmente, sin embargo, en la etapa en que estamos, necesitaríamos la aprobación de la FCC para hacerlo.

Knowledge@Wharton: ¿Falta mucho para pasar por la FDA?

Oba: Será a final de 2017. No mucho. Lo que ayuda es que tenemos un médico a mano que trabaja con un grupo de pacientes que están siendo estudiados, por lo que es posible hacer una prueba beta. Ahora que tenemos esta gente y nuestros dispositivos están siendo fabricados, y la única cosa que realmente necesita ajustes es el software, estamos casi a punto, después de algunos meses de pruebas con estas personas […] de presentarlo en la FDA y de iniciar el proceso.

Knowledge@Wharton: ¿Hacer frente a la enfermedad de Parkinson es ahora más fácil gracias a la tecnología?

Muniz: La tecnología no es nueva. Hay empresas que tienen dispositivos similares. El problema es que son muy caros. Los hospitales generalmente tienen sólo uno o dos, porque no pueden permitirse uno para cada paciente, mucho menos pueden permitirse llevárselos a casa. Lo que estamos haciendo aquí es crear un nuevo punto de precio, llevando esta tecnología al consumidor, a los pacientes y todos los que lo necesitan.

Knowledge@Wharton: Cuando entraron en la Universidad de Pennsylvania hace unos años, este no el camino que pensaban seguir, ¿verdad?

Oba: Los dos pensamos que acabaríamos en empresas de diseño de productos en California, como todos nuestros colegas.

Muniz: Cuando entras en ingeniería, tu sueño es California. Trabajar para Apple o Google. Pero cuando haces prácticas allí, la reacción es: “¿Esto es todo?”

Knowledge@Wharton: Debe ser muy agradable saber que al final de este camino hay luz al final del túnel.

Oba: Ha sido muy gratificante. Creo que la luz no es tan brillante como nos gustaría porque, cuando se empieza a trabajar con la enfermedad de Parkinson, la mayor luz, la más clara, la luz al final del túnel es la cura. Nuestra empresa no proporciona una cura. Nosotros no hacemos este tipo de publicidad, ya que no es posible desde nuestro enfoque. Sin embargo, lo que nos esforzamos en hacer es que todos los otros momentos de la vida del paciente sean más fáciles para él, más soportables, más manejables. De manera que la persona siente que recuperó parte del control que la enfermedad le ha quitado. Esto es lo mejor que podemos ofrecer y esta es la mejor información que podemos recibir […] El hecho de que nos encontremos en este espacio y estemos haciendo un cambio real avanzando, lo más rápido posible, esto es lo que la gente realmente aprecia y eso es lo que las emociona.

Knowledge@Wharton: ¿Cuáles son sus expectativas para la compañía en los próximos 10 a 15 años?

Oba: Pienso que queremos que alguien nos compre, porque nos gustaría expandir nuestro alcance hasta un punto que una pequeña empresa emergente no sería capaz de hacerlo. Sin embargo, los próximos cinco años, vamos a trabajar con otros trastornos motores, como lo es la enfermedad de Parkinson, creando para ello una red de terapeutas y fisioterapeutas en esta área para ayudar a mejorar los procesos terapéuticos o para saber qué medicamentos son mejores para cada paciente y cuándo deben tomarse. A continuación, pasaremos a otras enfermedades que también necesitan el mismo tratamiento que los miembros de la comunidad de Parkinson están recibiendo de Xeed.

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