Uruguay: La serie de imprevistos que impidió nuevos nacimientos

Viernes, 01/09/2017
La falta de información y la postergación de la maternidad les jugaron una mala pasada a pacientes que no recibieron la financiación estatal de los tratamientos
El Observador

"Un bebé para mí sería todo lo que quise siempre". Ana Belli tiene 40 años y es una de las tantas pacientes que quedaron por fuera de la cobertura del Fondo Nacional de Recursos (FNR) para los tratamientos de reproducción asistida en febrero de este año. Ella empezó a buscar un embarazo a los 33 años, pero no fue hasta los 37 que la derivaron a un especialista en reproducción asistida.

En ese momento le encontraron baja reserva ovárica, es decir, descubrieron que tiene pocos óvulos y menos chances de quedar embarazada que otras mujeres. A su vez, un estudio de los espermatozoides de su pareja dio como resultado que tenía pocos gametos y de mala calidad, por lo que ambos deben someterse a distintos tratamientos para lograr un embarazo.

El médico no les informó que podían acceder a las técnicas financiadas por el organismo, por lo que Belli estaba convencida de que debía ahorrar mucho para convertirse en madre. Si bien reconoció que postergó la maternidad porque estudió abogacía y también decidió esperar hasta encontrar a su pareja, la falta de información le jugó una mala pasada y no le permitió presentar su carpeta antes del 27 de febrero en el FNR. Ese día cambiaron las reglas y se estableció un límite de 40 años para acceder a la reproducción asistida con financiación estatal.

Cuando Belli se enteró de que podía beneficiarse de los copagos ya era tarde, porque faltaban pocos días para que cambiara el decreto y ella cumplió 40 ese mismo mes. "Juntar el dinero para un tratamiento así lleva años. Y no solo se me van los años, también se me van los óvulos", sostuvo.

Críticas


Nancy Silva tiene 42 años y también quedó por fuera de la financiación del FNR. Ella formó parte hasta hace pocos meses de la Comisión Honoraria de Reproducción Asistida que creó el Ministerio de Salud Pública (MSP) en 2014, por lo que trabajó en los cambios que se le hicieron al decreto que reglamenta la ley. Como representante de los usuarios, Silva conoce la normativa y dijo a El Observador que está convencida de que aún hay "un montón de cosas para cambiar".

La principal crítica que le encuentra a la legislación es que "no es humana". Según ella, la ley se había pensado con otro espíritu, que comprendería los dramas por los que pasan las parejas que sufren de infertilidad, pero luego se "transformó en números" cuando hubo que universalizarla. "Los legisladores no se dan cuenta de que esta norma decide si Nancy Silva va a ser mamá", comentó. En ese sentido, afirmó que el límite de los 40 años para acceder a los tratamientos de fertilización asistida debería desaparecer, ya que cada médico tendría que decidir en qué condiciones está cada una de sus pacientes. "Hay mujeres de 42 años que tienen mejor reserva ovárica que algunas de 35, no todo es tan lineal", agregó.

Silva sostuvo que también debería cambiar la normativa vinculada a los vientres "de alquiler". La legislación uruguaya intenta evitar el rédito por este motivo, por lo que solo las hermanas o las cuñadas de la paciente pueden prestarle el útero para gestar a su hijo. Sin embargo, la mujer señaló que hay parejas que no tienen familiares cercanos en condiciones y en esos casos podría haber una amiga u otra persona dispuesta. "Llegaron unos cuantos casos de esos a la comisión y siempre se los denegó", subrayó.

Poca información

Graciela Dipólito tiene 45 años y también quedó por fuera de los tratamientos financiados por el FNR. Su caso es similar al de muchas mujeres mayores, ya que necesita de una donación de óvulos para ser madre. Sin embargo, contó a El Observador que su médico no la asesoró bien y le dijo que el organismo no financiaba las técnicas con ovodonación. Dipólito pensó que debía juntar US$ 9 mil para acceder a un tratamiento particular y postergó la maternidad hasta que consiguiera el dinero.

Sin embargo, el FNR sí contempla la donación de óvulos y Dipólito hubiera accedido a la financiación total del procedimiento, ya que se encuentra en la primera franja de ingresos. La mujer se enteró de que el especialista la había asesorado mal a finales de enero, cuando faltaba poco tiempo para que el decreto cambiara. Entonces se unió al grupo de Facebook El sueño de ser mamá, en donde otras pacientes le informaron que la situación no era como ella creía.

Entonces fue al FNR, en donde preguntó qué análisis necesitaba para ingresar en la cobertura. Pero la respuesta no fue la que esperaba, ya que faltaban pocas semanas para que cambiara el decreto y no le daría el tiempo para hacerse todos los estudios. "Decidimos hacer una denuncia en la mutualista y si es necesario vamos a llegar al MSP, porque no quedamos fuera por mala voluntad, sino porque un médico quiso hacer plata con nosotros", afirmó.

Poca compensación

La coencargada de la Dirección Técnico Médica del FNR, Rosana Gambogi, dijo a El Observador que los tratamientos de reproducción asistida no logran cubrir la totalidad de la pérdida de fertilidad en las mujeres. Las que postergan la maternidad de los 30 a los 35 años sufren 9% de pérdida de ferilidad y el tratamiento compensa el 4%. Las que postergan la maternidad de los 35 a los 40 años pierden 25% y la técnica compensa el 7%.

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