Entre el año 2012 y 2015, la cantidad de muertes entre menores de un mes aumentó más de 100 veces. 

Cluster Salud.  La situación en Venezuela es crítica. Hiperinflación, crisis cambiaria, polarización política y, por si fuera poco, una sequía que ha afectado la generación de energía, debido a la cual el gobierno decretó solo dos días laborales a la semana y cortes de luz programados. A ello se suma el mal manejo del presupuesto y la crisis cultural de una nación que -desde hace décadas- depende del petróleo de manera enfermiza, sin que ningún gobierno de derecha o de izquierdas entienda y enfrente las graves implicancias de ello. En especial en momentos como el actual en que los precios bajos agobian al país. Todas, realidades que inevitablemente tocan a la salud. Y si bien, antes las consecuencias eran manejables, ahora tienen un cariz cruel: la mortalidad infantil se ha disparado. Y no sólo ella, miles de personas mueren por situaciones perfectamente evitables.

En los hospitales es donde más se nota la escasez, donde falta de todo, excepto enfermos. De acuerdo a un reportaje de The New York Times (NYT), hay algunos que no tienen guantes ni jabón, tampoco medicamentos tan importantes como los necesarios para tratar el cáncer o el mal de Chagas, los cuales solo se encuentran en el mercado negro.

De hecho, el mercado negro es el lugar al que la mayoría de los pacientes deben recurrir.  Según la información de NYT, muchas farmacias mantienen sus estantes vacíos, ya que el gobierno no ha podido mantener la importación de medicamentos.

El nuevo procedimiento para cualquier internado en un centro médico es este: recibir la lista de medicamentos y suministros necesarios para el tratamiento del enfermo, luego ir al mercado negro a buscar a los vendedores para cada uno.

Con el suministro de agua en crisis, las mesas de operaciones han tenido que ser incluso limpiadas con botellas de agua mineral. En la capital, el Hospital de Niños J. M. de los Ríos tiene apenas dos de sus nueve quirófanos funcionando. Y es solo un ejemplo mínimo de una realidad nacional.

La cantidad de muertes producidas por esta crisis es incalculable por el momento, pero sí se ha medido la tasa de mortalidad entre los menores de un mes. En 2012, un informe gubernamental indicaba que las muertes eran un 0,02% en estos casos. Hoy, la cifra aumentó más de 100 veces, superando el 2%.  La mortalidad de las madres en hospitales subió cinco veces en el mismo tiempo.

La situación no parece mejorar. El precio del petróleo ha bajado y el país no ahorró cuando los precios eran altos. El bolívar cada día está más devaluado y los dispositivos y maquinarias de los centros de salud colapsan en cadena día a día. Hasta hoy, el problema avanza sin solución a la vista.