65% de los adultos mayores hospitalizados en EE.UU. están malnutridos
Además, el gasto médico de pacientes no graves que están malnutridos aumenta un 309% contra los que tienen una alimentación adecuada. Advierten de una "epidemia oculta".
La Raza/New America Media , News Report, Marcela Cartagena. Durante el verano (boreal) pasado surgió una noticia inusual que acaparó la atención de millones de personas en las redes sociales: un hombre de 81 años en Carolina del Norte llamó al número de emergencia 911 y dijo: “Lo que necesito es que alguien vaya al supermercado y me traiga comida porque necesito comer algo”.
El hombre, quien había llegado del hospital tras un tratamiento de cáncer, no podía moverse ni pararse. Agobiado por la soledad y el hambre, no tuvo otra opción que pedir ayuda al 911. Para muchos, esa historia pareció un tanto extrema pero en realidad fue un incidente que refleja una ‘epidemia oculta’ que se vive diariamente en EEUU: la malnutrición entre las personas de la tercera edad. Según estudios presentados en la Conferencia Científica Anual 2015 de la Sociedad Gerontológica de América, del 25% al 30% de las personas de edad avanzada sufren o están en riesgo de malnutrición, y el 65% de los adultos mayores hospitalizados están malnutridos.
La malnutrición entre las personas de la tercera edad (arriba de los 65 años) puede causar enfermedades crónicas y agudas, mayor riesgo de infecciones, retraso en curaciones de heridas y largas estadías en los hospitales.
Además, las cuentas médicas para pacientes que sufren de malnutrición aumentan 309% en comparación a los pacientes que reciben alimentación adecuada, según un estudio publicado en el Journal of Clinical Nutrition. Así mismo, el costo asociado con la malnutrición entre los adultos mayores de 65 años supera los US$51.000 millones al año.
¿Qué es la malnutrición?
Estar malnutrido no significa estar flaco. Cualquier persona -- sea de peso normal, con sobrepeso, obesa, o por debajo del peso apropiado- puede sufrir malnutrición.
“La malnutrición significa literalmente ‘mala’ nutrición,” dice Lauri Wright, investigadora, nutricionista y vocera de la Academia de Nutrición y Dietética. “Un gran problema entre las personas de la tercera edad es la falta de proteína. Sin ella ellos no pueden funcionar bien. Hasta sus medicamentos no pueden ser transportados en el cuerpo en forma efectiva. Puede que estén comiendo las calorías suficientes pero si su dieta no tiene todos los nutrientes esenciales eso es lo que sucede”.
La falta de proteína es un problema que implica consecuencias severas entre los adultos mayores, ya que es el nutriente más esencial para mantener los músculos fuertes y sanos, y causa una condición crónica llamada ‘sarcopenia’, que provoca fragilidad, dificultades de movilización, riesgos de caídas, entre otras complicaciones.
Los factores que causan la malnutrición incluyen el aislamiento, la pérdida de la dentadura, la disminución de las papilas gustativas, ciertos medicamentos que disminuyen el apetito, la pobreza, el no tener acceso a comida saludable, la ansiedad, el alcoholismo, dificultades para masticar y tragar y problemas gastrointestinales, entre otros.
“Muchos de ellos tienen que decidir entre comprar medicamentos y comida, el cual afecta mayormente a las minorías”, según Wright. “También están las razones sociales. La depresión por perder a su esposo(a), o quizás un hombre pierde a su mujer y no sabe cocinar, o una mujer perdió a su marido quien siempre la llevaba al supermercado”.
Los latinos son más vulnerables
Para la comunidad latina, la malnutrición entre los adultos mayores es una realidad innegable, y los afecta aun más porque son más propensos a ser pobres. La Raza charló con Noel Chávez, profesora adjunta emérita y nutricionista del Colegio de Salud Pública de la Universidad de Illinois de Chicago, sobre cómo la malnutrición afecta a los latinos. “Muchos latinos de la tercera edad tienen ingresos bajos, lo que significa que el acceso para obtener comida saludable podría ser difícil para ellos”, dijo.
“También pueden tener problemas con la movilización; mientras que algunos son renuentes a pedir ayuda a sus hijos y a usar y buscar programas de ayuda. Pienso que es difícil para algunos admitir que no pueden cuidarse por sí mismos,” aseveró Chávez. “También puede existir el tema de la falta de educación, donde personas no están bien informadas”.
Falta de coordinación en los hospitales
Asimismo, en todos los servicios de salud, especialmente en los hospitales, la malnutrición es un problema que no ha recibido la atención necesaria y hay una seria falta de sincronización entre los profesionales de la salud en cuanto a la prevención y diagnósticos de la malnutrición, según se reportó en la conferencia de la Sociedad Gerontológica de América.
El Journal of Parenteral and Enteral Nutrition, por su parte, indica que en los hospitales hay un número desproporcionadamente bajo de nutricionistas en los hospitales y hay casos donde los pacientes no son referidos a nutricionistas y/o los planes de los nutricionistas no están integrados con el plan del cuidado de salud del paciente.
A su vez, se estima que el problema se origina en las mismas escuelas de medicina. Según el Journal of the American College of Nutrition, en las escuelas de medicinas las clases de nutrición no son consideradas de mucha importancia. De hecho, 79% de los profesores en escuelas de medicina reportaron que sus estudiantes recibieron instrucciones en nutrición inadecuadas.
Hay falta de prevención y planificación
¿Qué se ha hecho para combatir el problema? Muy poco, según la Sociedad Gerontológica de América. Sólo hace dos años, la Academia de Nutrición y Dietética junto con Sociedad Americana de Nutrición Parenteral y Enteral (ASPEN, por sus siglas en inglés) recomendaron criterios para definir, diagnosticar y documentar la malnutrición, entre otras medidas. Otras organizaciones profesionales han tomado pasos similares, pero queda un largo camino por recorrer, aseveran los expertos.
“Hay una ganancia financiera cuando se identifica, previene y trata la malnutrición porque los adultos mayores que están malnutridos tienen el doble de posibilidad de ser readmitidos al hospital. Cada vez que un paciente es readmitido, su estadía tiene un costo de US$11.000”, dice Wright.
Ciertamente casi todos los departamentos de salud del país tienen planes para combatir la obesidad pero prácticamente ninguno se ha enfocado en la malnutrición.
En Illinois, el Departamento de Envejecimiento (Department of Aging) es la entidad más importante del estado a cargo de proveer servicios a adultos mayores, especialmente para que puedan vivir en forma independiente. En el año fiscal 2014, ese Departamento recibió US$31 millones para el Programa Nutricional del OAA (Older Americans Act), que provee servicios de comida como meals on wheals. A pesar de su relevancia, el estado, según lo publicado en su sitio web, no tiene un plan ni un programa vigente para prevenir, tratar o disminuir la malnutrición. (La Raza se contactó con el Departamento de Envejecimiento de Illinois, pero no recibió respuesta).
“Este problema va en aumento por el simple hecho de que la población de la tercera edad está creciendo, y ahora sabemos más sobre el rol de una dieta saludable para mantener una buena salud, más de lo que sabíamos antes”, explicó Chávez. “Como país nos estamos poniendo más viejos y algunas cosas tendrán que cambiar o tendremos todo tipo de personas institucionalizadas porque perdieron su capacidad de cuidarse por sí mismos. Las comunidades y las autoridades locales deben estar preparados”.
Este artículo fue reportado con apoyo del Journalists in Aging Fellowship, un programa de New America Media y de la Sociedad Gerontológica de América patrocinado por el Silver Century Foundation.
Comentarios