Brote bacteriano global amenaza sobrevida de enfermos con fibrosis cística
Investigación comprueba que la Mycobacterium abscessus, que afecta sus pulmones, se expande de clínica a clínica y también entre los países. El mecanismo intrahospitalario y dentro de cada país está aclarado, pero no así el global.
Cluster Salud / Hay cerca de 70.000 personas con fibrosis cística en el mundo, unas 30.000 de ellas contabilizadas en Estados Unidos. Aunque esta última cifra puede significar que la cifra global se encuentra subestimada. Hasta hace pocas décadas los bebés que nacían con esta condición tendían a morir antes de llegar a la edad escolar, pero nuevas terapias han incrementado la expectativa de vida hasta los 40 años. Sin embargo, lamentablemente, esta sobrevida y –en apariencia– el mal uso de los antibióticos los ha llevado a tener que enfrentar amenazas bacterianas.
Es lo que está ocurriendo en este momento con una llamada Mycobacterium abscessus, que ataca a los pulmones de los enfermos. Según una nota del sitio de medicina y salud STAT, tres presonas murieron recientemente una unidad de transplantes pulmonares en la ciudad estadounidense de Seattle. Y la bacteria causante “pareciera estarse expandiendo, tanto al interior de las clínicas, como de clínicas a clínicas alrededor del mundo, pese a los sistemas de salvaguardia, según reportó un equipo de investigadores el jueves” recién pasado.
“Es realmente un gran problema. Provoca una infección realmente devastadora, que es muy difícil de tratar”, dijo el Dr. Andrés Floto, autor senior del paper y él mismo un médico tratande de pacientes cin fibrosis cística en el Papworth Hospital en Cambridge.
En cuanto al origen de esta expansión, Floto y su coautor Julian Parkhill, del Britain’s Wellcome Trust Sanger Institute, “sugieren que la propagación puede estar ocurriendo cuando la bacteria –expulsada por la tos fuera de los pulmones de un paciente infectado– se queda flotando en el aire de una sala de tratamiento o se asienta en una superficie que un paciente no infectado tocará más tarde”; esto es, de paciente a paciente, cosa que antes se consideraba improbable.
Aún así, “la forma en que los bugs se están moviendo en todo el mundo no está clara. Las investigaciones han descartado esencialmente los viajes de los pacientes o el movimiento del equipo contaminado”, señalaron Floto y Parkhill. Es necesaria más investigación para dilucidarlo.
Comentarios