La dosis adecuada
Por Ed Morata, socio y cofundador de Eneas Alternative Investments, y Mónica Sala-Valdés, gerente en Brasil de Lug Healthcare Technology.
Un doctor opera la pierna equivocada. Una enfermera deja una esponja dentro de la cavidad torácica de un paciente. Un cardiólogo realiza un bypass en la arteria equivocada. Este tipo de errores médicos graves, además de convertirse en titulares, señalan a los hospitales como lugares que propician situaciones que ponen en riesgo la integridad de las personas. Y más a menudo de lo que nos gustaría pensar.
De hecho, los errores médicos son la tercera causa de muerte en Estados Unidos, después de enfermedades cardiacas y cáncer, según investigaciones realizadas por la universidad Johns Hopkins. El estudio, publicado el pasado mayo, concluye que más de 250.000 personas mueren cada año debido a errores médicos. Otros países reportan cifras similares.
En los hospitales de Brasil los fallos sanitarios, muchos de ellos prevenibles, provocaron más de 434.000 muertes en 2015 según un estudio de la Universidad Federal de Minas Gerais y el Instituto de Estudios Suplementarios de Salud. El coste ascendió a US$ 4,7 billones. En Canadá, estos mismos errores médicos afectaron a 138.000 personas entre 2014 y 2015, lo que para el sistema de salud supuso aproximadamente US$ 685 millones, según el Instituto Canadiense de Información sobre la Salud.
Los números son asombrosos y ponen de manifiesto un fenómeno poco tenido en cuenta: los errores ocasionados durante la entrega, manipulación y administración de medicamentos; un factor de riesgo que recibe menos atención que las coloridas y a veces dantescas meteduras de pata quirúrgicas.
Son 100 millones de errores de medicación los que ocurren cada año en el mundo, de los cuales casi 35 millones son fallos relacionadas con fármacos que se podrían prevenir. Sus costes llegan a ascender a US$ 115.000 millones, según el estudio de 2012 de McKinsey & Co. Fuerza en la Unidad.
Los pacientes en tratamiento de cáncer son particularmente vulnerables, puesto que los fármacos utilizados son muy tóxicos y exigen una delicada manipulación en las farmacias de los hospitales antes de su administración. La preparación, que involucra una serie de pasos que pueden dar lugar a error, ha de tener en cuenta las características particulares del paciente así como precisos parámetros clínicos y de laboratorio.
Desde el momento en el que un doctor prescribe un medicamento hasta que llega al paciente, son varios los procedimientos necesarios para preparar la dosis adecuada. Los medicamentos se piden al almacén de la farmacia del hospital, las cantidades deben ser perfectamente medidas y posteriormente mezcladas con la solución correcta para obtener la dosis adecuada. La preparación debe ser cuidadosamente programada debido a que la mayoría de los fármacos necesitan ser administrados en un intervalo de tiempo preciso después de su dilución. Además, algunos medicamentos son sensibles a la luz o deben conservarse a baja temperatura para preservar su estabilidad. En cada uno de estos pasos del proceso de preparación del fármaco, el menor percance puede conducir a un error grave.
La Organización Mundial de Salud registró en 2012 un total de 14 millones de casos nuevos de negligencia médica, 8,2 millones de ellos relacionados con cáncer. También estimó que el número podría aumentar un 70% de aquí a 2032. Con el siempre en ascenso número de pacientes en tratamiento, los hospitales del mundo entero buscan maneras de mejorar la seguridad del paciente, de conseguir trazabilidad y de hacer más eficaces los procesos del tratamiento oncológico.
El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, uno de los centros de tratamiento de cáncer más importantes del mundo, fue el primer hospital en adoptar un nuevo software para la gestión, prescripción, preparación, administración y el inventario de fármacos. En 2008, el hospital unió fuerzas con la firma española de software Lug Healthcare Technology con el fin de desarrollar un proceso de administración de fármacos de quimioterapia libre de errores y de proteger a los enfermos de la mala praxis. Con la implantación del programa, el hospital redujo por un lado en 10% el coste de los tratamientos oncológicos que antes se preparaban manualmente y por otro, sus gastos de responsabilidad médica.
"Hemos conseguido prácticamente eliminar la posibilidad de cometer errores durante la preparación y la administración de la quimioterapia y contamos ahora, además, con una total trazabilidad de las preparaciones intravenosas y de los tratamiento administrados a los pacientes", afirmó Julio Martínez Cutillas, jefe farmacéutico en Vall d'Hebrón, en un comunicado de prensa de diciembre de 2016. Además de todo, las funciones de trazabilidad del software permiten recopilar información detallada sobre las preparaciones dispensadas. El resultado es una base de datos sobre tratamientos de tumores malignos que resulta muy útil para la investigación.
Este producto es creación del ingeniero de software español José María Argüello, fundador de Lug, gracias a su experiencia previa en control de calidad dentro de la industria alimentaria. Su nuevo programa es consecuencia de una experiencia personal. "Tuve cáncer y, durante el tratamiento, un día me di cuenta de que estaba a punto de recibir el doble de la dosis del ciclo anterior. Eso me hizo investigar sobre cómo controlaban este tipo de situaciones" explica Argüello, que descubrió que dichos controles, además de ser mínimos, estaban realizados por farmacéuticos que no contaban con sistemas de copias de seguridad.
Con este novedoso programa, cuando un farmacéutico trabaja dentro de una cabina de seguridad en la preparación de un medicamento contra el cáncer, tiene una pantalla de ordenador que va dictándole instrucciones, controlando paso a paso el proceso e interaccionando con él por un sistema de voz. El sistema asegura que la prescripción es la correcta según los protocolos internacionales de preparación de fármacos oncológicos. Y es que Lug descubrió que, en tratamientos de cáncer, las prescripciones incorrectas causan el 40% de los errores en España donde se estima que, de implantarse un sistema de trazabilidad en hospitales, se ahorraría hasta 1.8 billones de euros al año.
El software, cuya utilización se ha expandido a una amplia variedad de fármacos y soluciones intravenosas más allá de la oncología, está implantado actualmente en seis hospitales de España, y ha comenzado su expansión por América Latina. Con el aumento de demanda de mejores controles para los tratamientos, cabe esperar que nuevos hospitales de todo el mundo implementen sistemas de software similares para una administración de medicamentos a prueba de fallos.
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