La extinción de la partera en México
Mujeres de manos cálidas es un documental que cuenta diversas historias de parteras mexicanas y nos habla de su compromiso por una mejor experiencia en el parto. Lo anterior en el contexto de un país donde el índice de cesáreas es de 45%, cuando lo recomendado es entre 10 y 15% según lo indica la Organización Mundial de la Salud. El elevado índice de este procedimiento nos coloca en el cuarto lugar a nivel mundial con el mayor número de cesáreas innecesarias. Y es que desde hace varios años, las parteras han sido relegadas poco a poco de su oficio, según nos comenta el director de la cinta, Adrián Macías.
Para dar voz a las parteras, el equipo de filmación viajó por diferentes regiones rurales: “Aunque su papel sigue siendo relevante, están tendiendo a desaparecer, por lo que buscan constantemente la forma de seguir ejerciendo y asegurar la preservación del conocimiento milenario que poseen. Les fueron diciendo de manera velada, que ya no podían ejercer porque si lo hacían y se muere un bebe o la madre, iban a ir a la cárcel. Llegó el sector salud y comenzaron a tener cierto control, cierto monitoreo y paulatinamente fueron desapareciendo”, nos comenta el director, quien no pudo encontrar parteras activas en el estado de Nuevo León, sólo tuvo contacto con dos, pero ya no ejercían.
“En San Cristóbal de las Casas (Chiapas) pude visitar a cinco parteras y me doy cuenta de que la formas en que se organizan hacen que resista más esa tradición. De cierta forma están instrumentalizadas y el sector salud les da ciertos parámetros, y ellas lo siguen haciendo y tienen colas de mujeres que van a visitarlas. En el norte están casi extintas, pero en el sur van para allá, agregó Macías. En Mujeres de manos cálidas, Adrián explora también los contextos urbanos, donde hay altos índices de incidencia de cesáreas, y descubre que comienza a haber cierta demanda por los partos naturales: “pero ahora es parte de una búsqueda y no como antes que se daba por hecho. Mis personajes se reducen a la búsqueda una mejor forma de parir. Debido a la creciente necesidad de tener esa experiencia de parto, ha ido creciendo la figura de las doulas, mujeres que acompañan a las mujeres en su camino al parto”.
Adrián piensa que parte del elevado número de intervenciones quirúrgicas se debe a la comodidad: “Esto no lo pusimos en el documental, pero nos encontramos con historias donde se programó una cesárea porque el doctor quería irse a ver un juego de fútbol. Y es que así te avientas dos horas en vez de, quizá, 24 de un parto natural.
“Creo que la forma en que se puede ayudar a la partería es que se cree una política pública que les permita realizar su trabajo (con herramientas de profesionalización) y que se respeten sus saberes. Sólo así pueden revertir cierto daño porque les han hecho creer que su saber no cuenta y ellas ya no les enseñan a sus hijas, como se hacía tradicionalmente. Parteras, doulas, ginecólogo o cesárea, el chiste es que haya opciones, pero que no sea por una especie de decreto que no puedas ir con una partera”, concluye Adrián.
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