Esta cápsula electrónica es capaz de estudiar el aparato digestivo

Viernes, 26/01/2018
De unos 26 mm de longitud y 9 mm de diámetro, está compuesta por sensores capaces de medir la temperatura y los niveles de CO2, H2 y O2.
Mar Peralbo / Think Big

La tecnología se ha vuelto un aliado indispensable de la medicina para poder diagnosticar enfermedades y desarrollar diferentes dispositivos que ayuden a tratar y avanzar en temas de salud.

Y es que, la biomedicina ha permitido el diagnóstico precoz de enfermedades y su tratamiento aplicado a todos los campos, nuevos fármacos y nuevas técnicas que han ayudado a los equipos médicos en su trabajo diario con el paciente, proporcionado cambios en nuestras vidas.

En este escenario, investigadores de las universidades de Monash y RMIT en Melbourne (Australia) han desarrollado una cápsula electrónica que puede medir los niveles de los diferentes gases del aparato digestivo, a través de un ensayo clínico en el que han participado seis personas sanas.

De este modo, será posible conocer los cambios que sufre la actividad de los microorganismos intestinales en función de los alimentos que tome una persona y así poder prevenir futuras enfermedades intestinales. Además, con los datos obtenidos se podrán diseñar dietas personalizadas según el tipo de alimentos.

Sensores comestibles que analizan el aparato digestivo

La cápsula, de unos 26 mm de longitud y 9 mm de diámetro, de mayor tamaño que una píldora convencional, está compuesta por sensores capaces de medir la temperatura y los niveles de CO2, H2 y O2, obteniendo datos que recibe un aparato receptor para ser analizados. En su interior podemos encontrar un transmisor de radiofrecuencia, antenas, baterías y un minúsculo ordenador.

Las primeras pruebas realizadas revelan el comportamiento de los diferentes gases durante la digestión según el tipo de comida ingerida. “Nuestra prueba piloto ilustró el importante papel potencial de las cápsulas electrónicas de detección de gases para comprender los aspectos funcionales del intestino y su microbiota en la salud y en respuesta a los cambios en la dieta”, según escriben los investigadores en Nature Electronics.

En un primer ensayo, la píldora tardó 20 horas en realizar el recorrido, pasando 4,5 horas en el estómago, 2,5 horas en el intestino delgado y 13 horas recorriendo el colon.

En una segunda prueba se analizó a una misma persona con diferentes tipos de dieta, ingiriendo la pastilla dos veces. Primeramente se llevó a cabo con una dieta rica en fibra; después, con otra baja en fibra obteniendo resultados contrastados según el comportamiento del aparato digestivo en ambos casos.

En la prueba de alto contenido de fibra, el hombre pasó la píldora en unas 23 horas, sin embargo, fueron más de 3 días lo que tardó en terminar el proceso con una dieta baja en fibra. En definitiva, se trata de una tecnología potencialmente útil para monitorizar la salud de nuestro intestino, nuevos avances para conseguir mejoras en nuestra vida.

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