La disminución del tabaquismo pasivo se relaciona con un descenso de la mortalidad por cáncer
El tabaquismo pasivo es la exposición involuntaria al humo de tabaco. Entre los más de 6.000 compuestos químicos que forman parte de dicho humo, algunos son capaces de producir cáncer, por lo que se denominan carcinógenos.
En las últimas décadas, tanto el tabaquismo pasivo como la mortalidad por cáncer han disminuido drásticamente en EE UU. Un trabajo reciente, publicado en Environment International, ha comprobado que la disminución en la exposición a humo de tabaco se asocia con una reducción de la mortalidad por cáncer.
El estudio, en el que colabora Esther García, investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), se basa en el seguimiento de más de 11.800 personas americanas mayores de 40 años.
“En nuestro trabajo –afirma García– observamos que entre 1988-1994 y 1999-2004 la población adulta no fumadora de EE UU experimentó una reducción aproximada del 36% de la mortalidad por cáncer”.
“Por otro lado –continúa la investigadora– estimamos que alrededor del 46% de los casos de mortalidad evitados se debieron al descenso de la exposición a tabaquismo pasivo en lugares públicos como bares, restaurantes, centros de ocio, etc., y alrededor del 18% al descenso de la exposición a tabaquismo pasivo en los centros de trabajo”.
El poder de las políticas públicas
Para los autores, estos resultados reflejan la importante contribución que las políticas públicas de control del tabaquismo han podido ejercer en la reducción de la mortalidad por cáncer.
En el trabajo participan investigadores de la UAM, el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA de Valencia, el Centro Nacional de Epidemiología (Instituto de Salud Carlos III), el CIBERESP y las Universidades Johns Hopkins (Baltimore) y Columbia (Nueva York).
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