Nutrición y salud
Según datos de la OMS, cerca de la mitad de la población padece problemas de nutrición, ora debido a una dieta deficiente en vitaminas y minerales, ora por el consumo excesivo de comida chatarra. Para alertar sobre este fenómeno que atenta contra la salud de las personas y el desarrollo sostenible del planeta, la comunidad internacional celebra cada 28 de mayo el Día Mundial de la Nutrición.
No se trata de un asunto menor. Y es que según alerta la ONU, al menos 800 millones de personas padecen hambre crónica en el mundo, y unas 2.000 millones sufren lo que se conoce como “hambre oculta”, resultado de una alimentación deficiente en vitaminas y minerales esenciales. A su vez, esta desnutrición crónica es responsable de casi la mitad de las muertes infantiles. Además, puede comprometer no solo el desarrollo físico de quienes padecen esta condición, sino también su capacidad cognitiva y de aprendizaje. A lo que se suma una mayor predisposición a sufrir enfermedades infecciosas, diarreas, y problemas respiratorios, entre otras dolencias.
Al otro lado de la moneda se encuentran las más de 500 millones de personas que tienen problemas de sobrepeso y de salud como consecuencia del excesivo consumo de grasas saturadas y bebidas azucaradas. Práctica que, sumada a una vida cada vez más sedentaria, está desencadenando de manera creciente en enfermedades coronarias, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y diversos tipos de cáncer, entre otras peligrosas dolencias.
Con el fin de contrarrestar esta preocupante tendencia, la OMS se ha propuesto impulsar, con el apoyo de los gobiernos locales, iniciativas y programas que contribuyan a luchar contra el hambre y el consumo creciente de comida chatarra. Y en este marco se conmemora el Día Mundial de la Nutrición, que este año tiene por lema “Lácteos, tenlo claro”.
Esto porque, según resaltan los especialistas, de los cinco grupos de alimentos que forman la base de una dieta saludable la leche y sus derivados ocupa un lugar prominente, especialmente entre los infantes, niños, adolescentes y ancianos. Y es que además de sabrosa, ser fácil de obtener, almacenar y de combinar con otras comidas, la leche y sus derivados contienen nutrientes esenciales para la salud. A saber, es rica en calcio, fósforo, potasio, minerales y vitaminas (A, D, B6 Y B12).
Elementos esenciales para la formación de los huesos, los glóbulos rojos y los anticuerpos, así como también para los procesos metabólicos y el crecimiento.
De allí que los expertos aseguran que los niños mayores de dos años (antes de esta edad se aconseja priorizar la leche materna) necesitan consumir entre dos y tres raciones diarias de leche y de productos lácteos. Y lo propio durante la adolescencia y la madurez, aunque en menor medida.
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