Todo lo que se debe saber sobre trasplantes de órganos y tejidos
La ciencia avanza a gran velocidad en el campo de la Medicina, aunque a veces parezca que los avances en este sentido llegan a los pacientes lentamente. En el caso de los trasplantes, hay multitud de opciones para llevarlos a cabo.
En primer lugar, hay que definir qué es un trasplante exactamente. "Básicamente, un trasplante es la sustitución de un órgano enfermo incapaz de realizar sus funciones fisiológicas por otro sano que funcione adecuadamente procedente de un donante fallecido o en vida, con la finalidad de evitar la muerte del paciente que tiene el órgano enfermo y mejorar la calidad de vida", explica la Sociedad Española de Trasplante (SET) en una entrevista con Infosalus.
La SET distingue los tipos de trasplantes existentes según tres características principales: si son órganos, tejidos o células, la relación que existe entre donante y receptor y el tipo de donante. De la primera clasificación, la SET especifica que los trasplantes de órganos sólidos pueden ser, por ejemplo, de riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino.
Por su parte, en cuanto a los tejidos, la SET enumera tendones, huesos, córneas, piel o válvulas, mientras que, en el caso de las células, destaca las células hematopoyéticas o los islotes pancreáticos.
En referencia a la relación existente entre donante y receptor, la SET comenta que existen, esencialmente, cuatro tipos. El primero de ellos, el autotrasplante, implica que "el donante y el receptor son el mismo", según la sociedad, y puede realizarse, por ejemplo, con piel o médula ósea. El segundo tipo es el alotrasplante, cuando "donante y receptor son genéticamente distintos, pero de la misma especie", explica la SET, que agrega que éstos "son los trasplantes habituales en la práctica clínica" y que "requieren inmunosupresión para evitar el rechazo".
El tercer tipo de trasplantes según la relación entre donante y receptor es el isotrasplante. En éste, "el donante y receptor son de la misma especie y genéticamente idénticos, con lo cual no requieren inmunosupresión", incide la SET.
El cuarto tipo, el xenotrasplante, se lleva a cabo "entre individuos de diferentes especies, por ejemplo, entre cerdo o mono y hombre", explica la entidad, que agrega que "éstos están aún en fase experimental". "Los dos últimos tipos se emplean a nivel experimental para conocer mejor los mecanismos implicados en la aceptación o rechazo de un órgano", insiste la SET.
Por último, en función del tipo de donante, hay que diferenciar entre donante fallecido y donante vivo. Dentro del donante fallecido, está la muerte encefálica, "el más frecuente en nuestro país", puntualiza la SET, y el donante fallecido tras parada cardiorrespiratoria, un tipo "en expansión en nuestro país", según la sociedad. En cuanto al donante vivo, la entidad precisa que "es el que ofrece las mejores expectativas de supervivencia a largo plazo".
EL FUTURO DE LOS TRASPLANTES
En este contexto, la SET recuerda que "el futuro de los trasplantes descansa básicamente en la donación". "La generosidad de los donantes y sus familiares ha hecho que los trasplantes sean la mejor terapia sustitutiva de los órganos enfermos con excelentes resultados de supervivencia a lo largo del mundo", explica la sociedad, que agrega que esto "indudablemente exige la estrecha colaboración y el esfuerzo inestimable de profesionales, instituciones, organizaciones sanitarias y sociedades científicas".
Sin embargo, anualmente se realizan en el mundo cerca de 140.000 órganos sólidos, según los datos del Observatorio Global de Donación y Trasplante de la Organización Mundial de la Salud, lo que sólo cubre un 10% de las necesidades globales de trasplantes en el mundo.
"Esto nos lleva a la reflexión de que tenemos que incrementar la tasa de trasplantes a través de fomentar otras alternativas como la donación de vivo, la donación tras parada cardíaca, la optimización de programas de intercambio para receptores con problemas médicos para trasplante o, en el futuro, la generación de órganos a través de la clonación, terapias celulares con 'stem cells' o la bioingeniería genética, pero éstas últimas están aún en el terreno de la experimentación al mismo tiempo que tienen muchas barreras ético-legales", defiende la SET.
Por otra parte, se encuentra el asunto de la pérdida de la función de los órganos con el paso del tiempo y que los pacientes trasplantados presentan multitud de complicaciones, cardiovasculares, tumorales o infecciosas, como resultado de la inmunosupresión. "Por ello, implementar estrategias médicas para prolongar la supervivencia de pacientes e injertos constituye otro de los grandes retos de futuro en los trasplantes de órganos", detalla la Sociedad Española de Trasplante.
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