El descubrimiento lo hicieron investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Sao Paulo (ICB-USP), que probaron que el uso del sofosbuvir, un fármaco que ya se usa en el tratamiento de la hepatitis C, sirve como antídoto contra la fiebre amarilla y el chikunguña, enfermedades transmitidas en Brasil por el mosquito Aedes aegypti.