Un grupo de células linfocitarias –encargadas de defender el cuerpo humano de sustancias extrañas– reconoce la presencia del parásito causante de esta patología grave y destruye este microorganismo en las células infectadas.
Alrededor de un tercio de los pacientes con accidente cerebrovascular son afectados por las infecciones, lo que puede disminuir sus posibilidades de tener una buena recuperación.