El Congreso aprobó por unanimidad de 109 votos cambios al Artículo IV de la Constitución para establecer en la Carta Magna la muerte digna y los cuidados paliativos a los enfermos terminales, garantizando el acceso a los medicamentos para ellos.
Se trata del denominado "testamento biológico", que plantea que los mayores de edad enfermos en estado terminal tendrán la facultad de interrumpir la terapia, rechazando incluso la hidratación y la alimentación artificial.