Un defecto en la proteína CPEB4 podría actuar como nexo entre los factores ambientales que alteran el desarrollo del cerebro y los genes que predisponen a este trastorno.
Un estudio del IRB Barcelona en cáncer de mama identifica la proteína p38 como un salvavidas que usan las células tumorales para evitar excesivo daño en su ADN que, de otro modo, las sentenciaría a morir