El análisis del riesgo para la salud de los microplásticos se centra en tres aspectos: riesgo de ingestión, riesgo de químico y riesgo vinculado a la presencia de bacterias aglomeradas (biofilm). La OMS insiste en que los datos sobre la presencia de microplásticos en el agua potable son escasos y que existen pocos estudios fiables sobre el asunto.