Desde 2016, el fentanilo, una sustancia opioide sintética producida en laboratorios, reemplazó a la heroína como la principal droga culpable de las muertes por sobredosis en Estados Unidos.
Washington necesita que el fentanyl (o fentanilo), y sus precursores, no sean traficados desde el sur del Río Bravo para moderar las muertes crecientes por la epidemia de opioides.