Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han creado un circuito bacteriano que responde al aprendizaje asociativo: ante un estímulo determinado, las bacterias muestran un comportamiento condicionado
Los experimentos actuales, que no están diseñados para representar ninguna enfermedad o trastorno humano, podrían tener potenciales implicaciones de amplio alcance para el estudio de los desórdenes de memoria emocional.