25 años de investigación cerebral podrían quedar inválidos por fallo informático
Además se suman malas prácticas generalizadas que tienen en jaque a miles de estudios relacionados con mediciones de la actividad cerebral.
Cluster Salud. Según información revelada por el diario El País, 25 años de investigación de la actividad cerebral están en duda a raíz de un fallo en el software usado por resonancias magnéticas que miden la actividad de la materia gris. Esto pone en entredicho miles de trabajos científicos, sumado al hecho que, según una investigación recién publicada, muchos de los investigadores no fueron rigurosos revisando y corrigiendo los resultados en busca de errores.
La imagen por resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) es el método más extendido para estudiar el esfuerzo que realiza una región específica del cerebro cuando se le asigna una tarea. La fMRI detecta qué zonas están solicitando más energía del flujo sanguíneo gracias al oxígeno que transporta, lo que da como resultado mapas en 3D de la materia gris con zonas iluminadas. Los científicos comentan que esas partes de la cabeza se activan con distintos pensamientos o acciones.
No obstante, un equipo de científicos dirigidos por Anders Eklund, han hecho saber que muchas de estas zonas podrían haber sido iluminadas erróneamente, por un fallo en el software y el poco profesionalismo de ciertos colegas. En el estudio, publicado en PNAS, tomaron 500 imágenes del cerebro en reposo, usadas para ver si el cerebro realiza algo y con programas comunes efectuaron tres millones de lecturas cerebrales. Tras esto esperaron un 5% de falsos positivos, pero vieron que en algunos casos había un 70% de situaciones donde se iluminaban zonas sin reacción.
A esto se suma al hecho de que los autores analizando estudios (241) descubrieron que en el 40% de estos no se habían aplicado correcciones de software necesarias para asegurar el buen funcionamiento, lo que agravó finalmente los falsos positivos.
Todo esto ha causado una gran polémica en el campo de la neuroimagen, aunque aún no se sabe con certeza la magnitud del inconveniente. Al principio el equipo dirigido por Eklund cuestionó la validez de 40.000 estudios, pero más tarde Thomas Nichols, otro de los autores, anunció que sólo 3.500 estaban en esa condición.
Según Bryan Strange, director del departamento de neuroimagen de la Fundación CIEN (Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas), "esto ya se sabía. Hace 20 años que se había alertado de este problema. Y encima se ha ido haciendo más y más laxo el trabajo en este campo, con los resultados que ahora vemos. Es muy bueno que se advierta de este peligro".
Santiago Canals, del Instituto de Neurociencias de Alicante, cree que es sorprendente que un paquete de software tan consagrado y popular tuviera un error sin detectar durante tantos años. "En cierto sentido, esto puede demostrar que es un error creer que hay soluciones fáciles en ciencia: conformarse con el resultado sin saber cómo funciona el proceso", critica.
Ambos expertos coinciden en que detrás del problema hay otro más general en el ámbito científico y es que no se están replicando los estudios y nadie está comprobando que lo que publican los demás es correcto, tratando de obtener los mismos resultados con los mismos métodos.
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