Acusan a farmacéutica japonesa de mala gestión de toxina potencialmente letal

Lunes, 21/12/2015

Chemo-Sero-Therapeutic Research Institute está siendo investigada. Antes se había visto envuelta en un escándalo relacionado con pacientes infectados de VIH.

Xinhua. El Ministerio de Salud de Japón está investigando a la empresa farmacéutica Chemo-Sero-Therapeutic Research Institute por su supuesta mala gestión de una toxina potencialmente letal y que puede ser convertida en arma para utilizarse en una guerra bacteriológica.

La sede del instituto, situada en la prefectura occidental de Kumamoto, fue inspeccionada este lunes por funcionarios del citado ministerio, según informaron los medios de comunicación locales. La empresa, también conocida en Japón como Kaketsuken, se ha visto envuelta en varios escándalos, entre ellos uno relacionado con pacientes infectados con el VIH.

Según los funcionarios del ministerio, el fabricante de medicamentos ha sido incapaz de informar correctamente a las autoridades pertinentes sobre lo relacionado con el transporte de una toxina conocida como Botulinum. Esta se trata de un ingrediente utilizado por la firma nipona en la fabricación de medicamentos para tratar la intoxicación alimentaria.

El ministerio afirmó que Kaketsuken transportó la toxina entre dos de sus localizaciones en Kumamoto, lo que supone un incumplimiento de las normas del propio ministerio. Según estas, debe informarse si se transporta más de 0,1 miligramos de esta toxina, potencialmente letal.

Según las mismas fuentes oficiales, la empresa violó la normativa sobre transporte en al menos cuatro ocasiones distintas desde 2007.

Kaketsuken sufrió duras críticas a principios de este mes por encubrir de manera ilegal su fabricación de productos sanguíneos durante un período que abarca unos 40 años, durante el cual la firma también mintió a pacientes infectados con el VIH, según aseguró el pasado 2 de diciembre un grupo de expertos que investigan a la empresa.

Según se descubrió, la compañía incrementaba sus resultados de fabricación a través de medios que no había sido aprobados por el Ministerio de Salud y habría falsificado documentos para lograrlo.

El Ministerio de Salud realizó una redada en las instalaciones de la farmacéutica en Kumamoto el pasado 3 de diciembre. Todos sus directivos, incluido el director general, Seiji Miyamoto, dijeron después que renunciarían a sus cargos para asumir responsabilidades por un escándalo que se ha prologado durante cuatro décadas.

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