Buscan tratar con marihuana a adictos a la Pasta base en Uruguay
El Comité de Ética del Hospital de Clínicas aprobó el proyecto de investigación. Se usarán cuatro variedades holandesas de cannabis aprobadas por el ministerio de Salud de ese país europeo.
El Observador. El Comité de Ética del Hospital de Clínicas estudió durante un año y medio un proyecto de investigación sobre marihuana medicinal en consumidores de cocaína y de pasta base de cocaína. Finalmente, dio el visto bueno. Solo resta la aprobación del Ministerio de Salud Pública (MSP), que está estudiando el proyecto, para comenzar los trámites de importación de la marihuana medicinal desde Holanda, informó a El Observador la directora del proyecto de investigación, la doctora Raquel Peyraube.
En caso de que el MSP otorgue la autorización, los investigadores suministrarán la marihuana medicinal a los adictos a través de vaporizadores. "La marihuana se importará desde Holanda porque es el único cannabis en el mundo que tiene la certificación de un ministerio de salud", explicó Peyraube. Se trata de cepas estables. "Todas las flores tienen la misma concentración de cannabis", agregó la investigadora.
Si prospera el proyecto, llegarán desde Holanda cuatro tipos de marihuana con diferentes composiciones, informaron fuentes del Clínicas a El Observador. Una de las muestras tendrá mayor concentración de THC que de CBD. El THC es el responsable de los efectos psicotrópicos, mientras que se asocia al CBD a los efectos medicinales de la marihuana.
Otra de las muestras tendrá una composición inversa, una tercera muestra estará integrada en iguales proporciones por THC y CBD, mientras que la cuarta muestra será un placebo.
El suministro de estos cuatro tipos de cannabis a cuatro grupos diferentes de consumidores de cocaína (ya sea de clorhidrato como de pasta base) permitirá distinguir de qué manera impacta cada composición en los consumidores. El secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Milton Romani, aseguró que Uruguay espera avanzar en la investigación de las facultades medicinales de la marihuana porque puede implicar un negocio millonario. Tres empresas extranjeras manifestaron al gobierno su interés en instalarse en Uruguay para cultivar marihuana medicinal, informó El País el 19 de noviembre pasado.
Se superó el cuello de botella
Si bien aún resta la aprobación del MSP, haber logrado la aprobación del Comité de Ética implica que se superó el cuello de botella, el principal obstáculo para iniciar la investigación. En caso de que el ensayo clínico ofrezca buenos resultados en cuanto a la disminución o erradicación en el consumo de cocaína o pasta base, los investigadores deberán complementar este estudio con ensayos similares a gran escala, con una cantidad mucho mayor de pacientes, para lograr así la confirmación científica de que cierta composición de marihuana es útil para reducir el daño en consumidores de drogas más dañinas.
El Hospital de Clínicas estudia desde hace casi una década el impacto de la pasta base de cocaína en el cerebro de los consumidores de pasta base. Sin embargo, está a un paso de enfrentarse a un proyecto que puede tener impacto internacional, puesto que hasta ahora no hay investigaciones concluyentes con respecto a que la marihuana medicinal pueda disminuir o erradicar el consumo de cocaína o pasta base en los adictos, aunque indicios, constatados por trabajadores sociales, sobran. Lo que falta es la constatación científica. Detrás de esa zanahoria corren los investigadores.
Peyraube, la encargada del proyecto, es directora clínica del International Center for Ethnobotanical Education, Research & Service (Iceers), una ong internacional con sede en Barcelona y Montevideo, y asesora ad hoc de la Secretaría Nacional de Drogas y el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca). El proyecto, en caso de ser aprobado por el MSP, será desarrollado en el Clínicas. Varios departamentos de investigación del hospital universitario participan del proyecto, entre ellos, psicología médica, psiquiatría, estadística, medicina nuclear, farmacología, toxicología y métodos cuantitativos. El proyecto es financiado por la Open Society Foundations (OSF), una organización fundada por George Soros.
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