El 30 de enero, la OMS declaró la enfermedad que se identificó en diciembre en Wuhan, China, una "emergencia de salud pública de importancia internacional".
Un informe conjunto de la ONU y la revista médica británica The Lancet, detalla que las emisiones de gases nocivos y la publicidad agresiva de bebidas azucaradas y comida chatarra son una amenaza para la infancia.
La médica especialista en cuidados paliativos está acostumbrada a acompañar a pacientes al final de su vida y considera que la labor de los profesionales es la de informar a la sociedad para que esta conversación tenga lugar “desde la serenidad” y “evitando los reduccionismos”.
En el organismo internacional se muestran convencidos de que "estos productos están diseñados para atraer usuarios, han proliferado en muchos mercados de todo el mundo y, en algunos países, los niños los usan en grandes cantidades".
Por ello, los médicos dan una serie de recomendaciones para tratar de evitar esta enfermedad y tomar las precauciones para realizarse chequeos periódicamente que nos ayuden a detectarlo a tiempo.
La Organización Mundial de la Salud organizó una rueda de prensa con el único propósito de frenar lo que llamó una “peligrosa epidemia de información falsa”.
Alemania es uno de los cuatro únicos países de Europa central y occidental donde la donación de óvulos o la maternidad subrogada (vientres de alquiler) están completamente prohibidas, una prohibición que muchos consideran obsoleta debido a los avances en medicina.
Hay reportes de al menos otros 171 casos en más de dos docenas países y territorios, incluidos Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Vietnam, Tailandia, Hong Kong y Gran Bretaña.