Un código QR en las uñas para paliar los efectos de la demencia senil

Martes, 13/12/2016

Un sistema de códigos en las uñas de pacientes con demencia senil ayudaría a encontrarlos con facilidad y mantener el control.

Pablo G. Bejerano, Think Big. En la ciudad de Iruma, cerca de Tokio, han puesto en marcha un original programa para combatir los efectos de la demencia senil. No las consecuencias en la salud sino los problemas que surgen cuando nuestro cerebro deja de funcionar como lo hacía antes, los descuidos se vuelven más abultados y la memoria se desmorona. Los casos de personas con demencia senil que se pierden y no saben volver a su residencia son tristemente abundantes. En Japón, crecen cada año.

Contra esto quieren luchar las autoridades de Iruma, que han impulsado un sistema basado en códigos QR para facilitar la localización de personas con demencia senil. En las uñas de estas personas se pegarán unas pegatinas de un centímetro cuadrado con un código QR. Escaneándolos se podrá acceder a información personal sobre el individuo.

Los códigos QR indican cuál es el municipio al que pertenece esa persona, contienen el número de teléfono de su ayuntamiento y un número de identidad único de cada persona que forma parte del proyecto. Cualquiera puede alertar a las autoridades correspondientes, que se encargarán de avisar a los familiares o responsables con ayuda del número de identidad único.

Se trata de un servicio gratuito que las autoridades darán en Iruma. Para lo que han contado con la empresa local Orange Links, que ha desarrollado la tecnología. Las pegatinas son resistentes al agua y pueden permanecer pegados dos semanas. En unas pruebas previas, de 11 personas que llevaron los códigos QR, en nueve de ellas permanecieron pegados, mientras que en otras dos se despegaron (uno de los participantes se lo quitó).

En todo caso las pegatinas parecen una forma más segura de garantizar la localización de las personas con demencia senil. Otros métodos han optado por incorporar algunos rastreadores en prendas de vestir, como los zapatos con GPS, que también se han creado en Japón. Sin embargo, deshacerse de una prenda de vestir o de un complemento es más fácil que quitarse una pegatina de la uña.

Japón es uno de los países donde la población está más envejecida. Más de una cuarta parte supera los 65 años y las previsiones para 2055 estiman que para entonces será el 40% de los japoneses los que pasen de esta edad.

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