Confirmado: Ciclistas urbanos en avenidas absorben hasta un 100% más de los peligrosos compuestos orgánicos volátiles

Jueves, 05/05/2016

 

Las opciones son viajar por calles menos concurridas o usar mascarillas especializadas, ya que algunas de estas sustancias son reconocidamente cancerígenas.

American Chemical Society/Cluster Salud. Pasar de las cuatro a las dos ruedas parece negocio para todos: mejoran el aire de la ciudad, la intensidad del tráfico y la salud de los ciclistas. Esto último podría no ser totalmente cierto. Al menos para los que van pedaleando por avenidas, ciclovías o bicisendas adosadas a calles o vías por las que hay tráfico intenso o pesado.

¿No era que el ejercicio hace bien? El ejercicio, sí; no respirar la combustión de los vehículos. En este caso el villano no es el dióxido de carbono, sino los compuestos orgánicos volátiles que emiten autos, buses y camiones.

En lo que constituye el primer estudio en su tipo, un grupo de investigadores ligados a la American Chemical Association  analizaron muestras de aliento de un pequeño grupo de ciclustas para averiguar la cantidad de estos compuestos son absorbidos por el cuerpo.

Informes anteriores habían sugerido que el ciclismo en las zonas más rurales y de fuera de las calles más concurridas podía reducir la exposición a las sustancias tóxicas relacionadas con el tráfico. Pero eran sólo estumaciones, ya que la absorción de compuestos por el cuerpo no siempre es directamente proporcional a la exposición. Se trata de un análisis complejo, porque sus niveles y la forma en que el cuerpo humano procesa estos compuestos pueden variar.

En este caso los científicos se centraron en el análisis de muestras de sangre, orina y saliva de ciclistas que viajaron en zonas urbanas y rurales, en distintos tipos de rutas.

Así, Alexander Bigazzi y sus colegas decidieron  tomar una mirada más a fondo en el problema mediante el análisis del aliento.

En concreto, los investigadores estudiaron el aliento de tres ciclistas en Portland, Oregon, que pedalearon en sendas para bicicletas, en calles locales con un tráfico ligero y avenidas con tráfico pesado. También midieron los niveles de contaminación en el aire ambiente en esos entornos.

¿Resultados? Mediante el uso de detectores de contaminación montados en las bicicletas, el equipo encontró que los niveles de exposición (por encima del fondo urbano promedio) de los compuestos orgánicos volátiles fueron de 100 a 200% más altos cuando los ciclistas tomaron rutas a través de alto tráfico o cruzando zonas industriales, en comparación con calles con poco tráfico o fuera de las zonas urbanas. Utilizando el análisis de la respiración, el equipo encontró que los compuestos absorbidos eran del 40 al 100% por ciento mayor en estas situaciones.

Los efectos en la salud de compuestos orgánicos volátiles puede variar mucho según el compuesto, que puede variar desde ser altamente tóxico para los que no tiene efectos sobre la salud conocidos. Los efectos en la salud de los compuestos orgánicos volátiles dependerán de la naturaleza del compuesto orgánico volátil, el nivel de exposición, y la duración de la exposición.  De todas forms, en general se estima que la exposición a largo plazo a los compuestos orgánicos volátiles puede causar daños en el hígado, los riñones y el sistema nervioso central. En tanto que la exposición a corto plazo puede causar irritación en ojos y las vías respiratorias, dolores de cabeza, mareos, trastornos visuales, fatiga, pérdida de coordinación, reacciones alérgicas de la piel y náuseas. Los compuestos volátiles más abundantes son el benceno, el  formaldehído (carcinógenos), el percloroetileno y el estireno (que se cree pueden ser también carcinogénicos).

El estudio afirma que las personas pueden reducir su exposición y absorción de estos tóxicos -y potencialmente mitigar sus efectos sobre la salud- al pedalear más lejos del tráfico de la ciudad. A lo cual debe agregarse que existen mascarillas que filtran algunos de ellos y deberían usarse para moderar la exposición.

 

 

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