Contaminación del aire: Aumenta la presión arterial e inicia afecciones cardíacas en personas sanas

Jueves, 27/10/2016

Dos investigaciones realizadas por equipos diferentes descubrieron que el aire contaminado y, dentro de él, el material particulado fino 2,5 (MP 2,5), afecta al cuerpo gravemente.

Deutsche Welle / Cluster Salud. Un nuevo estudio realizado por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) asocia la contaminación del aire y el ruido del tráfico a un mayor riesgo de hipertensión arterial. En tanto que otro, realizado en EE.UU., descubrió que la exposición a material particulado fino de 2,5 micrones (MP 2,5), uno de los componentes de la contaminación atmosférica, causan un proceso de inflamación en las células inmunes y un aumento de los desechos en el torrente sanguíneo, compuesto por células endoteliales muertas, en adultos jóvenes sanos, predisponiéndolos a las enfermedades cardíacas.

En el primero de los casos, podría parecer obvio que el ruido del tráfico provoca estrés y por lo tanto aumenta el riesgo de presión arterial alta, pero, curiosamente, los investigadores encontraron que incluso la contaminación del aire por sí sola puede tener ese efecto.

"La exposición al ruido de tráfico comparte muchas de las mismas fuentes de la contaminación del aire y por lo tanto tiene el potencial para confundir las estimaciones de los efectos adversos de la contaminación sobre la salud humana", dice Barbara Hoffmann, profesora de Epidemiología Ambiental en el Centro para la Salud y la Sociedad de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, Alemania, quien dirigió el análisis. "Sin embargo, este estudio controlado por la exposición al ruido del tráfico encontró que las asociaciones de la contaminación del aire con la hipertensión no se desvanecieron. Esto es importante porque las medidas de prevención de la contaminación del aire y el ruido son diferentes".

Respecto del segundo de los casos, C. Arden Pope III de Brigham Young University en Provo, Utah, autor de la investigación relacionada, dijo que el "daño de los vasos sanguíneos es una característica subyacente de la enfermedad cardiovascular, tanto en la enfermedad arterial coronaria y enfermedad cerebrovascular, y puede conducir a graves, incluso mortales eventos de enfermedades agudas, incluyendo ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares".

Previamente, ya existía "evidencia epidemiológica considerable de que la exposición a largo plazo a la contaminación atmosférica aumenta el riesgo de estos eventos e incluso de morir de enfermedad cardiovascular", aseveró Pope a la agencia Reuters.

Para ver si efectivamente y, en tal caso, cómo las partículas finas MP 2,5 afectan directamente al sistema cardiovascular, los investigadores recolectaron muestras de sangre de tres grupos de 24 adultos jóvenes y sanos (que no fuman), en tres momentos entre diciembre 2014 y abril de 2015.

El equipo de estudio examinó muestras recogidas cuando los niveles de contaminación de partículas eran bajos y altos en la zona urbana de Provo (Utah), y buscó micropartículas y células inmunes que indicasen que las células se están descomponiendo y muriendo, y que el cuerpo está desarrollando algún tipo de respuesta inmune.

Resultó que cuando los niveles de MP 2,5 eran más altos, las muestras de sangre contenían más piezas de las células muertas de las paredes de las arterias, las venas y los pulmones. Al mismo tiempo, los niveles de los factores relacionados con el crecimiento de los vasos sanguíneos decrecía, y los productos químicos del sistema inmune que encienden la inflamación aumentaban.

Si se considera que los participantes estaban sanos y sin enfermedad cardíaca previa, los resultados muestran que la contaminación de partículas finas no se limita a agravar los problemas cardiovasculares existentes, concluyeron los investigadores, sino que pueden desempeñar un papel en la iniciación de ellos.

Hipetensión solo por respirar

Volviendo al caso de la hipetensión, el extenso estudio llevado a cabo en Alemania observó a más de 41.000 personas en cinco países europeos, que no informaron de haber sufrido de hipertensión o presión arterial alta al comienzo del estudio. Después de cinco a nueve años, el 15% de ellos informó que tenía hipertensión. Cabe señalar que, en algunos casos, los investigadores detectaron la hipertensión en las personas, pero en un número significativo de casos, los mismos participantes del estudio informaron que sufrieron de hipertensión o se infirió que sufrieron de ella debido a que estaban tomando medicación para la hipertensión.

Sobre la base de la incidencia de los casos de hipertensión entre los participantes y la contaminación del aire medidos, los autores del estudio concluyeron que por cada cinco microgramos adicionales de partículas en el aire, el riesgo de hipertensión aumentó en más de una quinta parte. Y no solamente afecta a las personas que viven en zonas muy contaminadas.

"Un aspecto muy importante es que estas asociaciones se pueden ver en las personas que viven con estándares de contaminación del aire muy por debajo de los actuales de Europa", dijo Hoffmann. "Teniendo en cuenta la presencia ubicua de la contaminación del aire y la importancia de que la hipertensión es el factor de riesgo más importante para la enfermedad cardiovascular, estos resultados tienen importantes consecuencias para la salud pública y exigen regulaciones más estrictas de la calidad del aire", concluyó.

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