Esta interfaz cerebro-computadora tiene el récord de escribir con la mente

Lunes, 27/02/2017

Científicos de la Universidad de Stanford han desarrollado un sistema que ha logrado que pacientes paralizados puedan escribir con su cerebro a la mitad de la velocidad con la que una persona puede escribir en su teléfono.

Pablo G. Bejerano, Think Big. Poder escribir con una interfaz cerebro-computadora es uno de los objetivos marcados por la medicina y la tecnología. Para los pacientes aquejados de parálisis que pierden la capacidad de hablar y el movimiento, una herramienta de este tipo supone una forma de comunicación y un empujón a su expresividad. Las ventajas a nivel psicológico y en la calidad de vida son muy importantes. El problema de estos sistemas hasta ahora ha sido la lentitud.

Esto es lo que ha atacado una investigación de la Universidad de Stanford. Un equipo de científicos ha desarrollado una interfaz cerebro-computadora que ha batido el récord de velocidad a la hora de escribir con la mente. El sistema se ha probado con tres personas y los resultados han sido positivos. Dos de ellas tenían esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa neuromuscular, y la otra sufría una lesión de médula.

La tecnología que probaron llegó a velocidades que resultan prácticamente útiles para comunicarse. Y esto es un gran éxito. Uno de los autores del estudio, Jaimie Henderson, de la Universidad de Stanford, apunta que la velocidad alcanzada sería aproximadamente la mitad de la que desarrolla una persona al escribir en su móvil.

Este aspecto hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de implantar una interfaz cerebro-computadora. Y es que estos sistemas implican una cirugía para colocar un dispositivo en la corteza cerebral. En este caso los participantes cuentan con uno o dos conjuntos de electrodos, que contienen 96 microelectrodos. Estos penetran 1,5 milímetros en ciertas partes de la corteza motora.

En una de las pruebas realizadas, las velocidades al escribir estaban en tres, seis y ocho palabras por minuto. Pero esta tasa varía dependiendo del tipo de teclado y el sistema predictivo del software. Para estandarizar los resultados los científicos hicieron otras evaluaciones. Por ejemplo, los individuos tenían que seleccionar figuras que se iluminaban en una pantalla.

El resultado fue que se alcanzaron velocidades de 1,4 bits por segundo, 2,2 y hasta 3,7 bits por segundo. Esta última marca supone cuatro veces la velocidad alcanzada hasta ahora. El equipo de científicos atribuye la mejora a sistemas de ingeniería más sofisticados y a los algoritmos empleados.

Aunque para que estos sistemas se extiendan hay que resolver otro problema: los cables. Las interfaces cerebro-computadora por ahora necesitan conectarse mediante un cableado que se adosa a la cabeza de los usuarios. Los científicos de Stanford creen que en cinco o diez años se podrían tener sistemas inalámbricos igualmente de cierta eficacia. Por el momento solo es una previsión, pero de lo que no cabe duda es que se están dando pasos.

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