Estudio advierte sobre sesgos en mediciones de calidad hospitalaria

Jueves, 19/11/2015

Expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, EE.UU., critican que las investigaciones excluyan la observación de los resultados en los pacientes y dicen que ello "interfiere con una comprensión individualizada a la complejidad clínica".

Todos aspiran a que los cuidados hospitalarios sean de calidad. Aunque definir en abstracto esa calidad sea fácil, dicen expertos de la Universidad de Massachusetts, EE.UU., encontrar los criterios para medirla numéricamente es mucho más complejo. En un estudio publicado en la revista PLoS Med, los investigadores dicen que "la calidad usualmente se asocia con precio. Los estadounidenses tienen el sistema de salud más caro del mundo, pero tienen resultados decepcionantes en los pacientes".

Parte de ello, explican, tiene que ver con las deficiencias de los estudios que miden la calidad del servicio hospitalario. El estudio liderado por el profesor del Departamento de Medicina Familiar y Salud Comunitaria de dicha universidad, Barry Saver, critica el foco propuesto por la mayoría de las mediciones.

"Hay poca evidencia de que muchos estudios de calidad, incluyendo aquellos que promueven los aseguradores y los gobiernos, ayudan a mejorar los resultados", dice el informe, que agrega que "pese a la falta de evidencia, estas mediciones y puntajes de calidad se utilizan crecientemente".

El estudio critica que "estas mediciones se basan muchas veces en criterios fácilmente cuantificables, como control de riesgo o procesos de cuidado, y no en resultados significativos centrados en el paciente. Su uso interfiere con una comprensión individualizada de la complejidad clínica y puede derivar en órdenes innecesarias de exámenes y tratamientos".

Los investigadores manifiestan que en la práctica clínica en Massachusetts se pueden encontrar ejemplos cuestionables de gestión, que incluyen peticiones innecesarias de muestras fecales o de orina, ordenar mamografías a mujeres entre 40 y 49 años de edad, en vez de hacerlas participar de una decisión compartida, y prescribir medicamentos a pacientes sin intentar intervenir en sus decisiones cotidianas y de estilo de vida.

"Creemos que debe haber un cambio fundamental en nuestra comprensión de la medición de calidad. Indicadores no completamente validados pueden, de vez en cuando, mostrar los cambios en calidad, pero las mediciones usadas para los incentivos financieros deberían tener estándares más altos", manifiestan.

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