Existe una genuina preocupación por desabasto de fármacos utilizados en tratamientos oncológicos. El pasado 18 de septiembre, padres de pacientes del Hospital Infantil de México Federico Gómez de alta especialidad denunciaron que desde hace casi un mes el nosocomio dejó de suministrar los medicamentos e interrumpió con ello el tratamiento de sus hijos.

Este grupo de padres dirigió una carta al secretario de Salud de la Ciudad de México, Román Rosales, con copia para el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que entregaron en su oficina de la colonia Roma.

“Esto coloca a nuestros hijos en alto riesgo”, aseguraron los padres de familia al enfatizar que el tratamiento para combatir el cáncer debe ser continuo.

La dotación de fármacos que no se han suministrado son: purinethol, ciclofosfamida y vincristina, en muchas ocasiones estos medicamentos actúan de manera conjunta.

Pero ellos no son los únicos afectados, ya que el desabasto ha permeado en los diferentes centros de atención oncológica, incluso el Colegio Mexicano de Oncología Médica dio a conocer el pasado 19 de septiembre, el desabasto, específicamente de ciclofosfamida a nivel nacional, tanto en el sector público, como en el privado.

Dirigieron una misiva a Julio Sánchez y Tépoz, titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), manifestándole la preocupación de la comunidad de oncólogos mexicanos por el desabasto de este fármaco en todas sus presentaciones desde hace algunas semanas.  Destacan que éste es la piedra angular en el tratamiento de cáncer de mama, la primera causa de cáncer en nuestro país, además de ser parte primordial del manejo de otros tumores sólidos y neoplasias hematológicas como linfomas y leucemias tanto en adultos como pacientes pediátricos.

Confirmaron que la falta de este fármaco ha generado desde retrasos en la administración del tratamiento, esquemas incompletos o modificados e incluso la suspensión de la terapia, poniendo en riesgo los alcances de la misma en miles de pacientes que lo requieren. En adición al impacto negativo en la salud, dijeron que debe considerarse el impacto económico potencial que este problema puede ocasionar.

Por último, pidieron resolver esta contingencia de manera inmediata y se mostraron abiertos a participar junto con las autoridades, la industria farmacéutica y todos los actores necesarios para evitar un impacto mayor en la salud de los pacientes.

Pacientes afectados

Ya lo mencionaba el Colegio Mexicano de Oncología Médica, hablamos de miles de personas; sin embargo, el número exacto de pacientes perjudicados es difícil saberlo debido a que contamos con un sistema de salud estratificado (IMSS, ISSSTE, Secretaría de Salud, Pemex, Seguro Popular, Fuerzas Armadas o privados), cada uno con sus propios datos; además, aún no contamos con un registro nacional de cáncer con base poblacional, pues aunque fue aprobado, no llegó con los recursos necesarios para tal fin, por lo que los trabajos se han retrasado y se han confinado a esfuerzos individuales por parte de algunos estados.

Ya lo decía el doctor Abelardo Meneses, director del Instituto Nacional de Cancerología, en entrevista para El Economista al hablar del registro: “Con estos resultados, que no teníamos, podremos establecer políticas públicas para enfocar investigación, disminuir factores de riesgo y comenzar a buscar qué es lo que está haciendo que la población se exponga a algo que repercuta en la salud. Se trata de políticas dirigidas, con gastos centrados en el problema con mejores resultados y no de manera general”.

Hoy con este problema, se confirma la necesidad del registro.

Características de la Ciclofosfamida

Este tratamiento es un agente quimioterapéutico con propiedades antineoplásicas e inmunosupresoras perteneciente al grupo de los agentes alquilantes del tipo de las mostazas nitrogenadas y que ha sido utilizado en una gran variedad de neoplasias seleccionadas y por su efecto inmunosupresor también se ha utilizado en otras entidades no neoplásicas.

Está indicado para el manejo de algunas leucemias agudas y crónicas. También se ha utilizado en linfoma de Hodgkin y no Hodgkin estadios III y IV, en linfoma linfocítico difuso o nodular, linfoma de células mixtas, en linfoma histiocítico y en linfoma de Burkitt.

Además, está indicado para el tratamiento de carcinoma de pulmón, adenocarcinoma de ovario, neuroblastoma, cáncer de mama, retinoblastoma, carcinoma de cérvix, de vejiga, de endometrio, carcinoma prostático, testicular y en tumor de Wilms.

Se ha utilizado también en el tratamiento de mieloma múltiple, en micosis fungoide, en sarcoma de Ewing, osteosarcoma y en sarcoma de tejidos blandos. asimismo, se ha utilizado como agente inmunosupresor en artritis reumatoide y en otras enfermedades autoinmunes como polimiositis, esclerosis múltiple, granulomatosis de Wegener y en lupus eritematoso sistémico.

La administración de ciclofosfamida debe ser bajo la supervisión de un médico con experiencia en quimioterapia antineoplásica e inmunosupresora.

Su venta requiere receta médica, pues es considerado medicamento de alto riesgo; su precio de lista ronda desde 189.98 a 195 pesos. Las dosis de ciclofosfamida deben de ser ajustadas individualmente para cada paciente de acuerdo con la respuesta clínica o la presencia de toxicidad.

Respuesta de autoridades

Desde la semana pasada, este medio de comunicación solicitó una respuesta por parte de las autoridades de la Cofepris, además de algunas farmacéuticas que distribuyen el tratamiento; sin embargo, hasta el cierre de esta edición el comentario ha sido limitado. “La Cofepris está en conversaciones con directivos del Instituto Nacional de Cancerología y con los laboratorios que cuentan con la autorización sanitaria para la reproducción del medicamento. La Cofepris sostiene reuniones de trabajo para atender la problemática y revisar si hay desabasto”, indicó.