Liomont y la UNAM se unen para entrar al mercado de bioequivalentes

Jueves, 12/12/2019
La compañía ya tiene el registro de una vacuna antiinfluenza en acuerdo con la empresa californiana Protein Sciences.
Maribel R. Coronel / El Economista

Con todo y los reacomodos a que ha obligado el gobierno de la 4T y la consecuente desaceleración de la producción farmacéutica en México, aun así hay laboratorios de capital nacional que siguen invirtiendo y expandiéndose confiados en que el mercado mexicano de insumos en salud seguirá creciendo.

Es el caso de Liomont, empresa capitaneada por Alfredo Rimoch, que está haciendo realidad su anhelo de incursionar en el segmento de productos biotecnológicos. Ya tiene el registro de una vacuna antiinfluenza en acuerdo con la empresa californiana Protein Sciences, y ahora va con pies firmes rumbo a convertirse en fabricante de anticuerpos monoclonales con una primera opción para asma.

El 3 de diciembre, Liomont celebró la inauguración de su planta en Cuajimalpa, que implicó una inversión superior a US$10 millones y donde ya se cuenta con la infraestructura necesaria para formular y producir cultivos celulares, así como la purificación de proteínas, que es la base para fabricar los biocomparables. Nos comentó que fue construida por ingenieros mexicanos con estándares internacionales y tecnología de última generación con miras a conseguir no sólo la aprobación de la Cofepris, sino también la del regulador sanitario europeo, la EMEA, pues aspiran a cubrir la demanda nacional de biofármacos y más allá de las fronteras.

Rimoch y su equipo pudieron presumir dicha planta ante el secretario de Salud, el doctor Jorge Alcocer; el titular de la Cofepris, José Novelo, y destacados catedráticos e investigadores de la UNAM como el doctor Francisco Bolívar Zapata, William Lee y Tonatiuh Ramírez, todos presentes en el evento de inauguración.

Y es que, algo relevante, en esta apuesta Liomont va de la mano con el Instituto de Biotecnología de la UNAM, lo cual refleja una buena alianza academia-empresa, algo que no se logra muy seguido o más bien casi nunca en México. Apenas iniciarán el periodo de estudios clínicos en pacientes para a partir de ahí construir su dossier y si todo va bien solicitar el registro aquí y en Europa.

Hay que decir que será la segunda compañía de capital 100% mexicana que fabricará medicamentos biocomparables. Probiomed, de Jaime Uribe, empezó mucho antes, y aunque con dificultades en los últimos años —en parte por indefiniciones regulatorias y un férreo combate legal de parte de la empresa suiza Roche— se ha ido reposicionando en el mercado de biofármacos. Rimoch nos comparte que, contrario a las versiones de quienes buscan denostar el desarrollo biotecnológico de compañías nacionales argumentando que no son capaces de lograr los niveles de eficacia, seguridad y calidad más exigentes, México tiene la capacidad intelectual, tecnológica y de inversión en infraestructura para desarrollar y fabricar este tipo de productos.

Otro punto relevante de la alianza UNAM-Liomont es su objetivo de generar eficiencias y ahorros en procesos de modo que logren sacar al mercado productos con precios mucho más accesibles que los biotecnológicos hoy importados de otras latitudes, y de esa forma el sector salud nacional pueda cubrir a mayor número de pacientes e igualmente poder aspirar a una autosuficiencia de ciertas bioterapias vitales.

Aparte de los anticuerpos monoclonales, y unan vez consolidando su capacidad productiva de biocomparables, la tirada de Liomont en el mediano plazo se enfoca igualmente a poder fabricar vacunas recombinantes como la que previene el virus de papiloma humano (VPH). En este marco, y con todo y freno de la demanda farmacológica en el primer año del nuevo gobierno, Liomont se muestra vigorosa a sus 81 años de vida, y vislumbra cerrar el 2019 con un crecimiento de entre 4 y 5%, el cual está lejos del ritmo de 9% con que inició este año, pero muy cercano al estimado para toda la industria.

Comentarios