Fármaco cubano contra el carcinoma renal iniciará fase de ensayo clínico

Especialistas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología que desarrolló ese producto, único de su tipo en el mundo, anunciaron que las pruebas se realizarán en unos 300 pacientes.

Xinhua. El Heberferon, un fármaco cubano para tratar diversos tipos de cáncer, pasará este año a la fase de ensayo clínico para el carcinoma renal (cáncer de riñón), anunció el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de la isla.

Especialistas de la institución que desarrolló ese producto, único de su tipo en el mundo, anunciaron que las pruebas se realizarán en unos 300 pacientes, y que este año también comenzará otro ensayo clínico con esa formulación en pacientes con tumores cerebrales malignos.

El Heberferon ha sido aplicado con buenos resultados en 800 pacientes cubanos con carcinoma basocelular, el cáncer de piel más frecuente en la isla, informó el CIGB, y explicó que ese fármaco inyectable elimina o reduce tumores de piel no melanomas y puede evitar secuelas de cirugías.

Desde finales de 2016, el Heberferon, una combinación sinérgica de interferón alfa 2b y gamma humanos recombinantes, aparece en el cuadro básico y está registrado en Cuba, con estudios preclínicos en humanos con estas patologías, los cuales arrojan resultados muy prometedores, indicaron los medios expertos del centro.

Las autoridades locales de salud realizan pesquisas de diagnóstico y de información, con vistas a extender su Programa Nacional para la aplicación del Heberferon en toda a isla.

Este año se reportaron unos 5.000 nuevos casos de cáncer de piel en Cuba, con tendencia creciente, entre estos, del Carcinoma Basocelular, el Espinocelular y el Melanoma.

Este producto, cuyas investigaciones tomaron más de 20 años, es uno de los renglones líderes de la biotecnología cubana, y varios países están interesados en obtenerlo, anunció el CIGB.

Este centro también produce una vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, el Cimavax EGF, que complementaría a otros tratamientos convencionales como la radioterapia y la quimioterapia, y aunque esta no cura la enfermedad, sí contribuye a controlarla y ofrece mejor calidad de vida al paciente, sobre todo en estados avanzados.