Así afectó el paro de residentes médicos a México

Jueves, 18/04/2019
Muchos pacientes perdieron sus consultas, por lo que algunos tratamientos fueron interrumpidos hasta la próxima cita disponible.
Leopoldo Hernández / El Economista

Consuelo Palacios Zárate salió a las 3 de la mañana de Tlacotepec de Benito Juárez, Puebla, para llevar a consulta a su hija de dos años al Hospital Infantil de México Federico Gómez, y a la entrada sólo encontraron un anuncio: “Por paro de los médicos residentes sólo se atenderán urgencias graves”.

Ella, al igual que decenas de familiares de pacientes desesperan sobre la calle Doctor Gálvez de la colonia Doctores. Su madre, Rosa Zárate Montero, cuida a Kharol mientras ella ingresa al hospital en búsqueda de una respuesta.

El caso de la niña es especial: Coartación al quinto arco aortico con displasia, es decir, nació con la arteria aorta incompleta. Los médicos le aseguraron a sus familiares que es el único registro que se tiene en México de este padecimiento y dos más en España.

“Llevamos más de un año de consultas aquí. Venimos a un estudio de cardiopatía para ver si tiene algún otro problema. Mañana martes ya tenía programado otro estudio para detectar si tiene problemas auditivos. Con el paro ya no podemos hacer nada, sólo esperar”, cuenta.

Una carriola, maleta para tres y la dificultades de transportar a una niña con problemas motrices y de tamaño mayor para su edad vuelven un viaje de varias horas de Puebla a Ciudad de México más complicado.

Imagine,son gastos de dinero, tiempo, desgaste físico de la niña, transportarla y venimos de lejos, lamenta la abuela, mientras espera afuera del hospital.

La señora Rosa Zárate Montero reprocha al gobierno federal los recortes al sector salud. Consideró que éste y el educativo son los que no deben sufrir ningún tipo de reducción presupuestal, sea la administración que sea la que gobierne.

“Eso no le puede faltar a los mexicanos, más si son niños enfermos, con discapacidad. El presupuesto familiar no alcanza para cuidar a un bebé así. Quien no lo vive simplemente no lo sabe”, critica.

Irene se atiende desde septiembre del 2016 en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, donde le atienden el trastorno límite de la personalidad que padece. Fue aquí donde después de buscar distintas opciones le dieron un diagnóstico que ha permitido tener control de la enfermedad.

Considera que el paro del personal médico residente por falta de pago sería una afectación no sólo para quienes vienen a consulta, terapia psicológica y física, sino para los pacientes que están internados en el hospital y quienes en gran medida son atendidos por los residentes.

“Además de que es uno de los hospitales con mejor atención en el país, el costo es mucho más bajo que ir a una institución privada. Entonces si te quedas sin esos servicios afecta la economía de muchas personas y obviamente en la atención a la salud.

“Yo no podría atenderme en otro lado, porque la atención con un psiquiatra privado es de alrededor de 1.000 a 1.500 pesos la consulta y te citan más o menos una vez al mes, a lo que se suma que al Fray Bernardino Alvarez recurren pacientes de todo el país por su alto nivel.

“En mi caso tengo un trastorno que se puede controlar, pero hay muchos casos de esquizofrenia, bipolaridad y muchas otras enfermedades que sin la presencia médica en el hospital resultan en muchas desgracias”, dice.

Consuelo Palacios Zárate sale del Hospital Infantil de México Federico Gómez con una respuesta: hasta nuevo aviso no hay consultas, al menos no en lo que resta de la semana. Esto significa reprogramar citas y entrar en la incertidumbre de cuándo poder seguir el tratamiento.

De los médicos que se fueron a paro es comprensiva, pero lanza sus dudas: “Entendemos que tienen que luchar por sus necesidades, ¿pero en vacaciones? Es fácil entonces pensar: ‘Hacemos paro, nadie nos va a hacer caso y así nos la pasamos la semana’”.

Por hoy ya no hay nada que hacer. Su madre carga la maleta, ella empuja la carriola con su hija Kharol, quien no fue atendida, y dos estudios quedaron en vilo. Aún faltan varias horas de camino antes de poder llegar a casa.

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