¡Asombroso! Los incas eran excelentes cirujanos

Viernes, 15/06/2018
Un estudio sugiere que las tasas de éxito de los cirujanos precolombinos en las operaciones de cráneo eran muy altas: hasta 80% durante la era Inca, en comparación con un 50% durante la Guerra Civil Norteamericana, cerca de 400 años después.
El Espectador

La trepanación es el acto de perforar, cortar o raspar un agujero en el cráneo por razones médicas. La trepanación se practicó durante miles de años en distintas culturas, desde la antigua Grecia hasta el Perú precolombino, apunta la revista Science.

David Kushner, un neurólogo de la Universidad de Miami, se asoció con John Verano, bioarqueólogo de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, Louisiana, y Anne Titelbaum, bioarqueóloga de la Universidad de Arizona en Phoenix, para estudiar sistemáticamente la tasa de éxito de la trepanación en diferentes culturas y períodos.

El equipo examinó 59 cráneos de la costa sur de Perú, que datan del año 400 aC al 200 aC; 421 de las tierras altas centrales del Perú que datan del año 1000 dC al 1400 dC; y 160 de las tierras altas alrededor de Cusco, capital del Imperio Inca, desde principios del siglo XIV hasta mediados del siglo XVI. Cabe recordar que el Imperio incaica fue el dominio más largo de la historia de América. El equipo dividió los cráneos en tres grupos, dependiendo de su edad.

Dependiendo del estado del hueso alrededor del agujero que los antiguos cirujanos habrían abierto en la trepanación, los investigadores sabían que el paciente murió durante o poco después de la cirugía. Si el hueso alrededor de la abertura era liso, demostraba que el paciente había sobrevivido meses o años después del procedimiento.

“La trepanación probablemente comenzó como un tratamiento para las heridas en la cabeza”, dice David Kushner, neurólogo de la Universidad de Miami en Florida, a la revista estadounidense.

Después de una lesión traumática, la cirugía habría limpiado las fracturas del cráneo y aliviado la presión sobre el cerebro, que comúnmente se hincha y acumula líquido después de un golpe en la cabeza. Pero no todos los cráneos con vestigios de haber pasado por ese procedimiento muestran signos de lesiones en la cabeza, por lo que es posible que la cirugía también se usara para tratar afecciones que no dejaban rastros, como dolores de cabeza crónicos o enfermedades mentales. Los cráneos se han encontrado en todo el mundo, pero Perú, con su clima seco y excelentes condiciones de conservación, cuenta con cientos de ellos.

 "Los resultados fueron sorprendentes", dice Kushner a Science. Solo el 40% del primer grupo sobrevivió a las operaciones, los más antiguos. Del siguiente grupo, sobrevivió el 53% de los pacientes, seguido por el 75 y el 83% en el periodo Inca. Y un último dato: un 91% de los pacientes de los cráneos que datan entre el año 1000 y 13000 d.C sobrevivieron. Esto significa que la técnica fue puliéndose con los años.

“Observamos orificios más pequeños, menos perforaciones y un surco más cuidadoso, lo que habría reducido el riesgo de pinchar la duramadre (la membrana protectora del cerebro). Son 1.000 años de refinamiento de la técnica médica. Incluso observamos un cráneo de la era Inca que mostró cinco cirugías curadas”, apuntan Kushner.

Los investigadores luego compararon esas tasas de éxito con cirugías de cráneo realizadas en soldados de la Guerra Civil Americana, que también realizaban procedimientos de trepanación.

Kushner y Verano luego compararon esas tasas de éxito con cirugías craneanas en soldados en la Guerra Civil Americana (1846-1848) en donde se produjo una larga negociación para definir la frontera entre Estados Unidos y México y se abolió la esclavitud en Estados Unidos, entre otros. Los cirujanos del campo de batalla también trataban las heridas en la cabeza cortando hueso mientras trataban de no perforar la delicada duramadre. De acuerdo con los registros médicos de la Guerra Civil, alrededor del 46% al 56% de los pacientes con cirugía craneal murió, en comparación con solo el 17% al 25% de los pacientes de la era del Inca.

Créditos fotografía: tsaiproject

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