El médico cirujano Ramiro Pestana Tirado fue condenado por el delito de lesiones personales culposas en algunas pacientes, quienes se habían sometido a procedimientos estéticos en Montería. El próximo 6 de mayo será leída la sentencia con la pena que le será impuesta.

Pestana había ejercido labores como cirujano plástico sin serlo. Según un derecho de petición emitido por la Secretaria de Salud Departamental de Córdoba, Pestana no es cirujano plástico y sólo cuenta con el título de médico general.

Los procedimientos realizados por este supuesto médico dejó como víctima a Diana Paola Cordero Moreno, quien se sometió en 2011 a una liposucción y a una abdominoplastia. "Mi hermana es gerente del hospital de Cereté y allí, una de sus colaboradoras, me recomendó hacerme el procedimiento estético con Pestana. Ella se había operado con él unas semanas antes", cuenta a El Espectador la víctima, quien denunció a Pestana en 2012. 

Diana se realizó la cirugía y al día siguiente amaneció con su abdomen enrojecido. La enfermera encargada de hacerle los masajes posoperatorios y que había sido recomendada por Pestana, le aseguró que ese síntoma era normal. Sin embargo, al cuarto día Diana no pudo abrir los ojos a causa de una alergia, en el hospital al que fue trasladada le diagnosticaron que padecía el síndrome de Stevens-Johnson, un trastorno médico que, generalmente, se presenta como una reacción a un medicamento o una infección.

La herida que tenía en el abdomen se le infectó. Le hicieron cuatro intervenciones para remover el tejido podrido, duró nueve meses de recuperación en casa y se aplicaba a diario tres cremas y ocho antibióticos. “Por eso se me cayeron los dientes (...) en los brazos ya no me cabía una puya más, entonces me las ponían en el cuello. Se me dañó el pelo, el cuerpo no aguantaba, me desmayaba, me caía. Cuando me limpiaba el hueco con aplicadores sentía una puñalada en la propia vulva”, asegura Diana, quien por las secuelas del procedimiento intentó suicidarse. 

Aunque Diana señala estar satisfecha con la decisión emitida por el juzgado, aclara que ni la condena, ni una indemnización va a llenar el dolor causado durante tantos años. Añade que ella, a quien le quedó un enorme hueco en el abdomen, no es la única víctima, pero cuenta que hay muchas denuncias en contra de Pestana, solo que llevan más de tres años represadas en la Fiscalía.

"Es importante decir que denunciar es engorroso, porque está el señalamiento, el miedo de que vaya a pasar algo. Además la parte económica es complicada, yo pude contar con un buen buffet de abogados que me ayudaron. Por eso invito a que siempre denunciemos", concluye Diana. 

Sin embargo este no es el primer caso de procedimientos estéticos realizados por cirujanos falsos en el país. Desde 2016 se despertó una fuerte polémica alrededor de este tema, varios de estos médicos realizaron cursos en Brasil que duraron de seis meses a dos años, además, obtuvieron títulos de dudosa procedencia de universidad de Perú o Argentina. 

Recientemente, en Armenia falleció Ana Bolena Carvajal, una mujer de 32 años, después de someterse a una cirugía estética. A pesar de que no se ha determinado si su muerte está relacionada con la forma cómo se le hizo la cirugía, sus familiares le aseguraron al periódico La Crónica del Quindío que el médico Ricardo Urazán realizó un procedimiento irregular.

El año pasado, Colombia fue el cuarto país donde más procedimientos quirúrgicos estéticos se realizaron a nivel mundial, con 346.140, según un ranking emitido por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética. La liposucción, el aumento de senos con prótesis, la blefaroplastia, la rinoplastia y la abdominoplastia, son las cirugías más frecuentes.