Hospital Clínico U. de Chile inaugura Unidad Crítica COVID con nuevas camas críticas y módulo auxiliar de urgencia

Martes, 30/06/2020
Además, abrió una infraestructura de apoyo a la urgencia para la atención primaria segregada de pacientes con síntomas de COVID-19, trabajo que fue desarrollado por estudiantes, académicos y funcionarios.
Cluster Salud

La grave situación sanitaria que atraviesa la Región Metropolitana producto de la pandemia, particularmente la zona norte de la Capital, impulsó la creación de la Unidad Crítica COVID (UCC) del Hospital Clínico de la Universidad de Chile (HCUCH), iniciativa que desarrolló en tiempo récord un nuevo módulo auxiliar de urgencia y 25 nuevas camas críticas.

Las ampliaciones permitirán aumentar la capacidad del recinto tanto para la atención primaria segregada de pacientes con síntomas leves de COVID-19 y la recepción de casos respiratorios graves en camas de cuidados intensivos e intermedios.

Frente a estas nuevas ampliaciones del Hospital Clínico de la U. de Chile, el rector Ennio Vivaldi enfatizó que “la crisis sanitaria requiere del esfuerzo de todas y todos. Agradecemos el enorme compromiso de todos los integrantes de nuestra comunidad, de las distintas unidades académicas que han participado, sobre todo del personal de salud de nuestro Hospital que está en la primera línea contra la pandemia. Ha sido vital también el aporte del sector privado que ha permitido hacer realidad estas iniciativas que buscan aumentar nuestra capacidad de atención en momentos en que el país más lo requiere. Seguiremos buscando alianzas para poner toda nuestra capacidad al servicio de esta emergencia”.

25 nuevas camas críticas

Uno de los frentes prioritarios abordados por el centro de salud universitario fue incrementar el número de unidades para la atención de pacientes críticos. La emergencia impulsó a la Unidad Crítica Covid a redoblar esfuerzos y habilitar -en tan sólo 12 días- 25 nuevas camas críticas en el hall de admisión del recinto. La sofisticada ampliación, inaugurada esta semana, abarca una superficie de 640 m2, y contempla 12 camas con ventilador para cuidados intensivos y otras 13 para cuidados intermedios.

Este trabajo se suma a otros esfuerzos que han permitido incrementar de manera significativa la cantidad de camas para pacientes críticos. “Antes de la pandemia, la capacidad total de camas críticas era de unas 81 unidades, de las cuales 18 contaban con ventilador. Ahora, con las nuevas instalaciones, esta capacidad llegará a 138 camas críticas en total, de las cuales unas 67 contarán con ventilador”, indica el Dr. Eduardo Tobar, jefe de la UCC, quien destaca en especial la tarea de complejización de camas intermedias que han pasado a ser UCI en este proceso.

Estas instalaciones brindarán atención a pacientes graves, tanto en unidades de cuidado intensivo como intermedio. “Todos los pacientes intermedios tienen riesgo de necesitar eventualmente un ventilador. Ellos requieren una cánula nasal de alto flujo, un soporte respiratorio especial, que no es un ventilador, pero que también requiere monitoreo”, explica el Dr. Tobar. Este aumento de la capacidad de atención, agrega, representa un verdadero respiro para el sistema, sobre todo en la zona norte de la Capital. “Datos de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (SOCHIMI) muestran que todavía tenemos cerca de 100 pacientes ventilados en los servicios de urgencia. Lo ideal es que esos pacientes estén en las unidades críticas”, advierte.

Módulo auxiliar de urgencia

Este miércoles se inauguró además el nuevo módulo auxiliar de urgencia de la UCC, infraestructura que permitirá una atención rápida de pacientes con síntomas respiratorios leves en un espacio segregado, lo que disminuye las probabilidades de contagio intrahospitalario. El proyecto fue desarrollado por estudiantes, académicos y funcionarios de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile.

La instalación, emplazada en el ala izquierda del Hospital, está conformada por 8 cubículos, con posibilidad de extenderlos a 10. Cuenta además con una sala de espera con capacidad para 16 personas, considerando la necesaria distancia social preventiva. El proyecto, que será replicado en otros recintos de salud como la ex Posta Central, fue desarrollado bajo licencia open source -liberando el diseño, planos, manuales, especificaciones técnicas, presupuestos y material gráfico- para que cualquier otra organización pueda gestionar y construir más módulos a lo largo de Chile.

El jefe del Servicio de Urgencia del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Dr. César Cortés Marín, señaló que esta infraestructura “es de valiosísima utilidad para responder adecuadamente a una pandemia. Es fundamental el principio de flujos segregados para pacientes con sospecha de coronavirus y los que acuden a una segunda consulta, cumpliendo con uno de los principios que rigen en las pandemias, que es evitar el ingreso de gérmenes al recinto hospitalario y poder dar una atención en un lugar especial implementado para cumplir con el aislamiento y, posterior a la atención, cumplir con una desinfección adecuada. Esto permite garantizar la seguridad del personal de salud y los pacientes siguientes”.

Compromiso con la salud del país

Cerca de 75 personas participaron en el desarrollo de ambas iniciativas, labor que se realizó en tiempo récord gracias a la voluntad y compromiso de distintos equipos del Hospital, al apoyo de la Universidad, sus facultades de Medicina, Arquitectura y Urbanismo y Ciencias Físicas y Matemáticas. Fundamental fue además el aporte de privados como la Fundación Luksic y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) -instituciones que posibilitaron el desarrollo del proyecto para la incorporación de 25 nuevas camas críticas- y del Instituto Chileno del Acero (ICHA), Volcán, Tecpro, Gobantes, Hilti y CMPC, que contribuyeron con cerca del 70% de los materiales para la construcción del módulo auxiliar de emergencia.

El director y gestor del módulo auxiliar de urgencia, el arquitecto de la U. de Chile, Alastair Aguilera, señaló que esta iniciativa “representa una acción colaborativa inédita, donde actores públicos y privados, la academia, estudiantes y funcionarios, han trabajado codo a codo para levantar esta infraestructura tan necesaria frente a la crisis sanitaria. Es el espíritu de la comunidad de la Universidad de Chile y de muchas empresas que quieren aportar de manera concreta al país”.

La arquitecta de la instalación de 25 nuevas camas críticas, Carolina Ochoa, destacó por su parte que el trabajo significó “una coordinación intensa, en la que participamos todos para sacar adelante el proyecto. Se movilizaron muchas áreas para entregar la obra lo más rápido posible. Pudimos contar con el apoyo y gestión de muchas unidades y personas. Un trabajo intenso, pero de mucha colaboración y compromiso por parte de todos y todas”.

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