Un tatuaje para morir a tu manera
Un hombre en Miami tuvo un cuidado especial para asegurarse de que su tratamiento médico al final de su vida fuera según sus deseos.
Se tatuó en el pecho "no resucitar” y debajo del mismo su firma; la palabra "no" fue subrayada.
Y funcionó, de alguna manera…
El hombre, de 70 años, tenía antecedentes de enfermedad pulmonar, problemas cardíacos y diabetes cuando ingresó en el Jackson Memorial Hospital este año.
Estaba inconsciente y no tenía ninguna identificación, además que el nivel de alcohol en la sangre era alto.
De acuerdo con una carta publicada en The New England Journal of Medicine, los médicos administraron un tratamiento, pero el hombre nunca reaccionó lo suficiente como para hablar.
Entonces el mensaje del tatuaje se volvió claro pero contradictorio, ya que los médicos no tenían forma de saber si se lo realizó como parte de una decisión impulsiva.
Así que consultaron a un experto en ética, Kenneth W. Goodman, quien les aconsejó que respetaran los aparentes deseos del hombre.
Los galenos no llegaron a administrar las formas más invasivas de tratamiento para salvar su vida, y la salud del hombre se deterioró hasta su muerte.
Los galenos no llegaron a administrar las formas más invasivas de tratamiento para salvar su vida, y la salud del hombre se deterioró hasta su muerte.
Goodman, director del Instituto de Bioética y Política de Salud de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, decidió en ese momento que el tatuaje parecía muy deliberado.
Aquí hay un tipo que se tomó la molestia de hacerse un tatuaje, que tiene la palabra 'no' subrayado; hizo que su tatuador incluyera su firma", señaló el médico en una entrevista telefónica con The New York Times.
Nancy Berlinger, experta en ética de la atención de la salud y especialista en investigación en el Centro Hastings, añadió que los médicos hicieron bien en consultar a un experto y cumplir los deseos del paciente.
Agregó que hay un movimiento creciente para mejorar la forma en que los médicos y los pacientes se comunican sobre la atención al final de la vida, pero todavía hay un largo camino por recorrer.
Muchas personas son reacias a discutir la mortalidad, incluso con amigos cercanos y familiares.
Algunos pacientes pueden no confiar en las instalaciones de atención médica para realizar un seguimiento de sus preferencias, y las normas para notificar a los médicos sobre la atención al final de la vida o los deseos de reanimación pueden variar según el estado o incluso de un hospital a otro.
"Existe este callejón sin salida que no hemos descubierto cómo cruzar y este hombre estaba en él", dijo Berlinger.
En Estados Unidos, las personas tienen derecho a solicitar que no se les resucite en caso de una emergencia médica, y pueden expresar sus deseos con anticipación en caso de que un día se encuentren incapacitados y solos.
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