Uruguay: Así es la atención en la una policlínica de ASSE

Jueves, 07/06/2018
Hoy, la falta de especialistas alarga la estadía de los pacientes en las salas espera.
El Observador

Son las cuatro de la tarde y María José lleva siete horas sentada en la policlínica del Cerro junto a su bebé que tose y se queja. Le inquieta que pueda tener neumonía. A las nueve lo iba a ver un médico para sacarle unas placas, pero aún no ha llegado. A su lado, otra usuaria espera el turno para que un médico general vea a su hijo ya que le informaron que no había pediatra en ese momento.

"¿Dónde están los médicos cuando uno los necesita? –se pregunta María José– Nadie te responde nada. Si insistís mucho te contestan mal, te toman el pelo. Acá todos se pasan la pelota y nadie asume las responsabilidades", reclama mientras mueve alterada el cochecito del niño. "Esto es continuo, hoy somos nosotros, pero si te das una vuelta mañana vas a encontrar a otros que le pasan cosas parecidas o peores", agrega otra paciente.

Entre médicos y funcionarios, la policlínica del Cerró perdió 30 trabajadores en tres años. Esas plazas nunca fueron cubiertas por nuevos técnicos pero la demanda de los pacientes crece año tras año, sobre todo en invierno. Así le explicó a El Observador la delegada del núcleo base del Cerro, Diana Sastre, una de las pocas pediatras que trabaja en el centro. Sastre denuncia, entre otras cosas, un gran desabastecimiento técnico como consecuencia de los bajos salarios que paga la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y por la decepción profesional que supone trabajar en tan precarias condiciones.

"El problema salarial importa mucho pero no es lo único. También pesa la frustración que siente un médico cuando no tiene cómo resolver situaciones que acaban perjudicando a un niño. Me refiero a las eternas demoras", apuntó la doctora. A ella le ha tocado indicar el pase de niños a fonoaudiólogo, por ejemplo, pero la consulta recién se concretaba dos años después. Mientra tanto, esos niños quedaron desatendidos con un problema, se lamentó Sastre. Eso desmotiva a cualquier profesional a querer trabajar allí, de hecho, los médicos jóvenes, dijo, ya no se postulan a ningún cargo en policlínicas de este tipo.

Además de la carencia pediátrica, no hay suficientes fonoaudiólogos, como relató, ni tampoco psiquiatras infantiles ni psicólogos. Las consultas para esta especialidad pueden tardar, siendo optimistas, seis meses. Dichas disciplinas, según la especialista, son las más demandadas por los niños del Cerro. Ellos suelen manifestar problemas que se traducen en conductas inadecuadas y falta de lenguaje.

"Están en la edad donde se define si quedan dentro o fuera del sistema. Para un niño es mucho perder cuatro o cinco años sin la atención médica que necesita para un buen desarrollo", denunció la doctora, y aseguró que este tipo de problemas no suceden en el sector privado. El resultado es, entonces, un Uruguay para niños de primera, y otro, para niños de segunda.

No es solo cosa del Cerro

El Observador también se acercó a la policlínica de Casavalle y el panorama fue similar, aunque allí el reclamo lo hicieron los propios trabajadores en vez de los usuarios. "Faltan médicos de todas las especialidades. Pediatras en su mayoría, pero también ginecólogos y parteras. Yo trabajo hace más de 10 años acá y desde que llegué escucho que se reclama, pero los médicos no llegan", dijo un funcionario que prefirió evitar dar cualquier dato por miedo a represalias.

De acuerdo a su relato, en el centro solo hay un pediatra que va todos los días, y otro que asiste únicamente dos veces por semana. Aproximadamente, cada siete días asisten 150 niños. "En algunos momento estuvimos mejor, pero la verdad es que hay demasiada carencia", insistió.

En el área de salud mental también hay deficiencias. El grupo de atención lo compone un asistente social, un psiquiatra y un psicólogo, pero uno de ellos consiguió un trabajo mejor y renunció, y otro se jubiló. Ninguna de las dos plazas ha sido cubierta. "También hacen falta administrativos en el área de salud mental, no damos abasto. Hace cinco años que lo señalamos y no tenemos respuesta alguna", apuntó otro funcionando.

En diálogo por los cambios

La Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) envió la semana pasada una carta al presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Marcos Carámbula, en la que denuncia la carencia de pediatras en el organismo y que en forma frecuente se encuentren "descubiertas las guardias de pediatría en lugares como el Cerro, Piedras Blancas y otras áreas densamente pobladas, donde el único servicio de emergencia pertenece al sector público".

La SUP asegura que se ha constatado "una disminución progresiva" en la cantidad de estos profesionales que trabajan en el servicio de salud estatal por motivos de jubilación y migración –y que ASSE no repone–, y eso genera una "inequidad" en la calidad de la atención médica entre el sector público y privado.

Esta situación coincide con el pedido expreso que hizo el presidente Tabaré Vázquez, al Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), al Ministerio de Salud Pública (MSP) y al Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para que coordinen acciones para mejorar la atención de los niños de los contextos más pobres. Además, se estableció que cada niño sea atendido en primera instancia por un pediatra, para tener una mirada general del caso, y que luego este fuera quien lo derivara al especialista correspondiente.

Según manifestaron a El Observador fuentes del directorio de ASSE, las autoridades del organismo se reunieron con la SUP y el presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), Gustavo Grecco, al día siguiente de que presentaron la carta en lo que definieron un encuentro en "tono positivo" y de "planteos reivindicativos" por parte de los pediatras. "El directorio de ASSE está a la espera de que se presenten nuevas propuestas, elaboradas en el ámbito del SMU, en conjunto entre los pediatras y los médicos de familia para seguir adelante", puntualizaron las fuentes.

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