Guatemala: La venta de medicamentos no tiene control
En el país existe poca vigilancia sobre los medicamentos que se comercializan en las farmacias y puntos de ventas, y menos en los puestos callejeros, que no cumplen ningún requisito.
Prensa Libre. Geldi Muñoz. Los guatemaltecos se enfrentan al dilema de comprar medicamentos baratos, con el riesgo de no obtener el resultado esperado en su salud, o soportar los padecimientos porque no pueden pagar los originales.
Fuentes consultadas señalan que los medicamentos genéricos son tan buenos como los de marca, pero no todos cumplen con la biodisponibilidad (buena calidad y que cumpla la eficacia y duración para las que fue diseñado) y bioequivalencia (que aunque sea genérico o de marca tenga el mismo componente y cantidad).
El problema radica en que el Departamento de Registro y Control de Medicamentos y Productos Farmacéuticos, adscrito al Ministerio de Salud, que tiene a su cargo el Programa Nacional de Farmacovigilancia, no hace su labor como se espera, por falta de supervisores y recursos.
En la actualidad solo cuenta con seis supervisores para hacer monitoreos al azar, pero se tiene registro de cuatro mil 366 farmacias y 912 puntos de venta de fármacos. Esto dificulta detectar cuántas medicinas de las que se comercializan son de mala calidad.
Experiencias
Al consultar a médicos que trabajan en hospitales públicos y en el Seguro Social —pidieron no ser identificados—, se quejaron de que muchas medicinas de la red hospitalaria no son de calidad, por lo que se ven en la necesidad de recetar dosis más frecuentes y la recuperación es más lenta. Una facultativa refirió que, por ejemplo, una ampolla de diclofenaco que los hospitales compran a Q4 no tiene la misma eficacia que una que cuesta Q30 y Q40.
En cuanto a los antibióticos que se deberían prescribir cada 12 horas, optan por recetarlos para cada ocho, y a veces no se tiene la garantía de que funcionen.
Otro médico señaló que en los hospitales existen medicamentos —sobre todo genéricos— que no tienen biodisponibilidad. Ejemplificó que en pacientes con lupus o artritis que están en cama, una medicina que les puede salvar la vida son los esteroides, pero los que se tienen en hospitales —cuando hay— no sirven. Por ello, si los familiares tienen posibilidades económicas, se les pide determinada marca y el enfermo se recupera entre 48 y 72 horas.
Refirió que él les dice a sus pacientes que compren medicinas de buena calidad, y les hace conciencia de que “lo barato sale caro”.
Corrupción
Médicos coinciden en que la mala calidad de los medicamentos es un problema que se remonta a anteriores administraciones, cuando se optó por fármacos de India o Pakistán, sin los controles necesarios.
El ex-ministro de Salud, Mariano Rayo, indicó que la cartera como tal no hace las compras, sino los hospitales. Expresó que el Ministerio tiene deficiencias porque el sistema de adquisición es corrupto, y cuando se trata de contratos abiertos, estos son dirigidos a ciertos proveedores. Rayo dijo que la corrupción en el sistema de licitación de esa dependencia hace que un proceso dure hasta ocho meses.
“En los últimos tres años hubo, en promedio, entre 75 y 80 por ciento de licitaciones que fueron canceladas, y eso hizo que las unidades ejecutoras optaran por compras directas”, dijo. Según Rayo, en esta modalidad se dan compras de productos dirigidos, muy costosos o baratos, y sin calidad. Dijo que también se da en equipo médico-quirúrgico de mala calidad, barato, pero termina siendo caro, por ineficaz.
Controversia
Luego de la polémica que desató que la Corte de Constitucionalidad declarara inconstitucional la excepción que permitía registrar medicinas de productos no nuevos o genéricos, también salió a luz la falta de farmacovigilancia.
Según Luis Gálvez, del Colegio de Profesionales Farmacéuticos y Químicos, en términos generales todos los productos que ingresan y se fabrican en el país deben registrarse, y el proceso es fiable, aunque no descartó que algún empresario sin escrúpulos altere la calidad.
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