Investigadores españoles prueban el tratamiento COVID que reduce las tasas de mortalidad en un 70%
Una terapia celular probada en 13 pacientes intubados con ventilación mecánica ha demostrado ser eficaz para la mejora clínica de casos críticos de COVID-19.
El estudio, el más amplio hasta la fecha en estas afecciones, se publicó en The Lancet 's EClinical Medicine , luego de demostrar que el tratamiento avanzado reduce las tasas de mortalidad de pacientes críticos con coronavirus del 85% al 15%. Estos son los primeros resultados del proyecto BALMYS-19, codirigido por el profesor de la Universidad Miguel Hernández (UMH) e investigador del Instituto de Investigación en Salud de Alicante (ISABIAL) Bernat Soria, junto con el profesor Damián García-Olmo de Jiménez. Fundación Díaz (Universidad Autónoma de Madrid). Otras seis universidades españolas y seis hospitales han participado en el estudio.
El profesor Soria comenzó su investigación sobre el uso de la terapia celular en la UMH y, luego, en el Hospital de la Universidad Nacional de Singapur durante la epidemia asiática de SARS-1 en 2003, donde observó los intensos infiltrados pulmonares en las biopsias de estos pacientes. A diferencia del SARS-1, en la infección por coronavirus SARS-CoV-2, el cuadro clínico muestra una depresión del sistema inmune (linfopenia), una respuesta inflamatoria extrema generalizada, daño tisular, hipercoagulabilidad y angustia pulmonar intensa que requiere ingreso en la UCI .
Esta terapia avanzada se basa en células madre con propiedades regenerativas, antiinflamatorias e inmunorreguladoras, y es la primera terapia celular para COVID-19 completamente desarrollada y producida en España. Durante el estudio piloto, se trataron pacientes críticos con coronavirus que no respondieron al tratamiento convencional de terapia celular, compuesto por células estromales mesenquimatosas alogénicas, en dosis de un millón de células por kilo de peso, en una o varias dosis. Los resultados de su uso en pacientes con coronavirus ingresados en UCI se compararon con la evolución clínica y la mortalidad de casos similares.
Según los resultados obtenidos, la nueva terapia celular no causa reacciones adversas, pero conlleva una mejoría clínica y radiológica general. La tasa de mortalidad de los pacientes disminuyó del 70-85% al 15% (dos pacientes). La mayoría de las personas tratadas con la terapia celular fueron extubados durante el período de recolección de datos.
Su inflamación (proteína C reactiva y ferritina), la coagulación (dímero D) y los marcadores de daño tisular (lactato deshidrogenasa) disminuyeron. Además, se verificó que el fármaco no disminuyó los recuentos de linfocitos. De hecho, los resultados muestran que el nuevo tratamiento aumenta la presencia de linfocitos T (que atacan directamente al virus) y linfocitos B (que sintetizan anticuerpos).
Cuatro investigadores de la provincia de Alicante han participado en el proyecto BALMYS-19: el profesor de medicina clínica de la UMH Luis Manuel Hernández Blasco; Etelvina Andreu y Bernat Soria, del Instituto de Bioingeniería de la UMH; y José Miguel Sempere Ortells, de la Universidad de Alicante.
Además, también participaron personal científico y clínico de Madrid, Navarra, Murcia y Salamanca. Dicho proyecto y ensayo clínico fue coordinado por el profesor Damián García Olmo del hospital universitario Fundación Jiménez Díaz y el profesor Bernat Soria de la UMH (ISABIAL and Bioengineering Institute).
Los autores del estudio explican que las terapias celulares, a diferencia de otros tratamientos, son "drogas vivas" y deben ser utilizadas por personal médico calificado y producidas por departamentos acreditados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. El conocimiento de los fundamentos científicos biológicos de estos tratamientos, así como de la fisiología de la interacción entre el fármaco y el huésped, es esencial para su manejo adecuado.
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