Uruguay: Mutualistas casi no cuentan con atención psicológica

Lunes, 22/01/2018
Buena parte de los uruguayos no recibe tratamientos psicológicos en su mutualista.
El Observador

La salud mental parece ser una de las prioridades en la agenda de salud del actual gobierno y del sistema político en su conjunto. En 2017 se votó la nueva ley de salud mental, que buscó actualizar una norma obsoleta heredada desde 1936. El país se comprometió en un acuerdo internacional a cerrar los manicomios antes de 2025 y a crear un nuevo sistema de asistencia para los pacientes crónicos. Sin embargo, aunque el gobierno expresa preocupación acerca de la estabilidad mental de los uruguayos, acceder a un psicólogo en el mutualismo es hoy una misión dificultosa y también cara.

El camino que tiene que transitar un usuario que solicita una psicoterapia es largo y no siempre tiene resultados positivos. A partir de 2011 el Plan Nacional de Salud Mental incluyó dentro de las prestaciones del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) los tratamientos con psicólogos, pero solo fueron incorporados en determinados casos. Las personas que no fueron contempladas muchas veces no pueden acceder a la prestación y cuando sí pueden hacerlo, tienen que pagar aranceles muy altos que se asemejan a los de una terapia particular.

El primer obstáculo que plantea el programa es que los usuarios que soliciten una psicoterapia deben pasar por un comité receptor que evaluará su situación. Esta mesa de trabajo está conformada por un psicólogo, un psiquiatra y un asistente social. A partir de una entrevista personalizada, deciden si brindar o no la prestación.

El comité de recepción tiene hasta 30 días para recibir al interesado. Si el grupo aprueba el tratamiento, la mutualista tiene 30 días más para agendarle al usuario una hora con un psicólogo.

Los únicos casos que deben recorrer un camino más corto son los que tuvieron un intento de suicidio, ya que tienen que ser derivados directamente a un psicólogo antes de las 48 horas.

Y si bien el programa está funcionando hace más de seis años, son muchos los usuarios que todavía no pueden acceder a la prestación. La secretaria general de la Coordinadora de Psicólogos del Uruguay, Karina De León, dijo a El Observador que llegan muchas personas a los consultorios privados porque les denegaron la petición en sus mutualistas.

También hay casos en los que los aranceles de la institución son muy similares a los de una terapia particular, por lo que los pacientes prefieren iniciar el tratamiento por su cuenta para no tener un límite de sesiones estipulado –de 48 a 144, según el caso– como ocurre en el mutualismo.

El costo de una psicoterapia en un prestador de salud puede alcanzar hasta $ 900 (US$ 31) por sesión si el usuario no está dentro de la población objetivo que propuso el Plan Nacional de Salud Mental. El arancel promedio de un psicólogo particular es de $ 1.600 (US$ 55,9).

El Programa Nacional de Salud Mental solo obliga a las mutualistas a brindar psicoterapia a determinados usuarios. Si la institución quiere, puede atender a quien lo solicite y elegir cuánto cobrar por la prestación. La Sociedad Médica Universal, por ejemplo, cobra $ 316 (US$ 11) y atiende a todos los que pidan el servicio. En el interior, sin embargo, no se ofrece.

De todos modos, no todas las instituciones brindan el servicio a todos los usuarios. En el interior, por ejemplo, solo se deriva a psicólogo a los pacientes que están contemplados dentro del protocolo elaborado por el Ministerio de Salud Pública (MSP) que alcanza a niños, a jóvenes de hasta 25 años adictos a alguna droga y a personal de la salud y de la educación.

¿Falta de recursos?

El Programa Nacional de Salud Mental incluyó también una cápita mensual que le paga la Junta Nacional de Salud (Junasa) a las mutualistas para que brinden atención psicológica a sus usuarios. Al valor actual, las instituciones cobran $ 11,34 por todos y cada uno de los socios. En mutualistas como la Médica Uruguaya que tienen 307.811 afiliados, de acuerdo con datos del MSP de 2017, son más de US$ 116 mil por mes los que recibe.

No obstante, los prestadores de salud privados reclaman más presupuesto para poder brindarles psicoterapia a todos sus usuarios. El presidente de la Federación de Prestadores Médicos del Interior (Fepremi), Carlos Cardozo, dijo a El Observador que el dinero que reciben apenas les alcanza para ofrecerle psicoterapia a los pacientes estipulados por el MSP.

Sin embargo, el gremio de los psicólogos considera que los sueldos que perciben en algunas mutualistas no se ajusta a las cápitas que reciben las instituciones. La que paga mejor es la Sociedad Médica Universal, en donde un profesional cobra $ 770 (US$ 26) por hora. La secretaria general del sindicato afirmó que esa mutualista es la que, a su vez, ofrece el mejor plan de salud mental. En el otro extremo está Casa de Galicia, que les paga $ 150 (US$ 5).

En promedio, unos 1.360 usuarios por mutualista utilizan esa prestación. En las más grandes, como la Asociación Española, el número asciende a 4.700 personas.

El programa

El Programa Nacional de Salud Mental del mutualismo está dividido en tres modos que incluyen distintos tipos de tratamientos. Por ejemplo, una de las formas consiste en la creación de grupos de 15 personas con dos psicólogos. En estos casos la terapia es de 16 sesiones y no puede renovarse al menos durante un año.

Pueden participar de estos grupos los familiares de personas con adicción a la cocaína o a la pasta base, los familiares de usuarios que tengan diagnóstico de esquizofrenia o trastorno bipolar grave, las personas que hayan sufrido una muerte cercana de forma repentina, los usuarios que tengan un familiar que haya intentado suicidarse, las personas en situación de violencia doméstica, los docentes de enseñanza Primaria y Secundaria que consulten por un tema vinculado a su trabajo y el personal de salud. Esta terapia tiene que ser ofrecida por las mutualistas de forma gratuita.

El segundo modo incluye atención individual, familiar o de pareja. Comprende una terapia de 48 sesiones y tiene un costo de $ 316 por sesión. En estos casos pueden ingresar personas con intentos de suicidio, adolescentes y jóvenes de entre 15 y 25 años, docentes que trabajen en el sistema educativo y trabajadores de la salud.

Por último, el tercer modo debe asegurar atención individual o grupal hasta por 48 sesiones, pero puede renovarse hasta 144 sesiones. Esta psicoterapia tiene un costo menor, ya que el arancel es de $ 101 por sesión. Las personas que se benefician de esta prestación son aquellas que tienen un consumo problemático de cocaína y pasta base, y las que presentan trastornos mentales severos y persistentes, como esquizofrenia o trastorno bipolar.

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