México: La hepatitis C es la segunda causa de cirrosis hepática
En dicho país existen 500.000 personas con la enfermedad y se estima que en el mundo el 2,3% de la población porta el virus.
Xinhua. En México, la hepatitis C es la segunda causa de cirrosis hepática y el principal motivo de solicitud de trasplante de hígado, advirtió hoy la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con motivo del Día Mundial contra la Hepatitis, el académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, César Rivera Benítez, estimó que en el país más de un millón 500.000 habitantes padecen hepatitis crónica por virus C, pero sólo el cinco por ciento se sabe portador de la enfermedad porque fue detectado por el sistema de salud.
La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) es una de las principales causas de enfermedad hepática en el mundo y se estima que 2,3% de la población mundial está contagiada por este microorganismo.
Cuando esta afección se diagnostica en forma temprana, el virus puede erradicarse y lograr una curación, aunque el grado de lesión no es reversible, sólo disminuye la propagación de daño y la incidencia de cáncer de hígado; de ahí la importancia de la detección a tiempo y su tratamiento efectivo.
El comportamiento a largo plazo de la infección del hígado por VHC es variable, desde grados leves hasta estados severos de fibrosis y cirrosis, con o sin carcinoma hepatocelular, resaltó Rivera Benítez, también profesor titular del curso universitario del posgrado en Infectología de la UNAM.
En su forma aguda, la hepatitis C se manifiesta en alrededor del 10 y 15% de los infectados por el virus. De ese porcentaje, la progresión a la forma crónica ocurre en un 70 u 80%.
Después de dos o tres décadas de transcurrida la infección, entre 10 y 20% de quienes han sido diagnosticados con hepatitis C desarrollan cirrosis. Una vez en esta etapa, la probabilidad de tener hepatocarcinoma (HCC) es de entre 1 y 5%.
Actualmente se tiene un tratamiento farmacológico y "es factible suministrar medicación antiviral específica en fases tempranas y, en procesos avanzados de cirrosis, es posible detener la enfermedad", dijo.
Sin embargo, aún no se cuenta con una vacuna para prevenir esta enfermedad, las únicas formas de hacerlo son pruebas de sangre para tener un diagnóstico temprano, no hacer uso de agujas contaminadas, y evitar tatuajes y perforaciones en lugares insalubres, entre otras medidas.
"Tenemos que hacer tamizajes a todas las personas con factores de riesgo para detectar la infección en forma temprana, pues al ser una enfermedad de evolución lenta puede ser tratada para impedir mayores daños al hígado y el contagio a otras personas".
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