Medicamentos conocidos, usos nuevos
Estudio de la Universidad de Illinois demostró que fármacos aprobados para infecciones, cánceres e infertilidad también tienen propiedades antibióticas.
En momentos en que la industria farmacéutica se enfrenta a la resistencia a los antibióticos y la necesidad de innovación, un nuevo estudio muestra los usos alternativos que fármacos aprobados para otros fines pueden tener en el combate contra las bacterias.
Se trata de una investigación desarrollada en la Universidad de Illinois, Estados Unidos, y publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences. En ella, los investigadores muestran cómo algunos medicamentos aprobados para el tratamiento de infecciones parasitarias, cánceres, infertilidad y otras condiciones podrían tener usos contra las infecciones por estafilococo, tuberculosis. Aseguran, además, que, debido a que estos agentes actúan contra diferentes objetivos en la bacteria, puede ser más difícil que esta desarrolle una resistencia.
"Hay una necesidad obvia y gigante de nuevos antibióticos", manifestó el profesor Eric Olfield, quien lideró el estudio. "Ahora tenemos bacterias que son absolutamente resistentes a las drogas. Los bichos son inteligentes, pueden adaptarse y encontrar maneras para evitar las cosas que nosotros desarrollamos para matarlas. Si atacamos a objetivos múltiples, es más difícil que ellos cambien para defenderse".
Los investigadores estaban interesados en encontrar compuestos que sabotearan la línea de producción de energía de las bacterias, a modo de frenar procesos celulares internos. Estos agentes ya están en uso en el tratamiento de infecciones parasitarias.
"Encontramos que muchas moléculas aprobadas por la FDA están en uso para matar bacterias y también para actuar en el proceso de producción de energía", dijo Oldfield. "Lo mejor es que algunas de esas moléculas también inhiben enzimas de bacterias específicas o destruyen la membrana celular".
Por ejemplo, la investigación determinó que el vacquinol, un compuesto en desarrollo para el tratamiento de glioblastoma (una forma de cáncer cerebral) inhibe una enzima clave en la tuberculosis.
"Es una nueva forma de generar antibióticos: atacar las enzimas al mismo tiempo que la producción energética", manifestó el investigador, quien agregó que estas droga podrían tener aplicaciones más amplias que el tratamiento de infecciones.
A futuro, Oldfield espera desarrollar compuestos que puedan metabolizarse dentro de la célula bacteriana, para reducir las probabilidades de que la infección se vuelva resistente.
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