México: Expertos aseguran que medicina regenerativa es el futuro para trasplantes

Lunes, 29/08/2016

Investigadores de la Universidad Autónoma de México (UNAM) trabajan en andamios celulares para la creación de nuevos órganos y así evitar la realización de trasplantes. 

Xinhua. La medicina regenerativa o ingeniería tisular podría salvar la vida de miles de pacientes que esperan un trasplante, afirmaron María Cristina Piña Barba y sus colaboradores del Instituto de Investigaciones en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En México se requieren 12.431 riñones al año para trasplante, mucho más que la demanda de los 58 corazones anuales. También hacen falta 7.396 córneas, 404 hígados y tres pulmones. Ante esta carencia, la medicina regenerativa o ingeniería tisular podría ser la salvación para miles de pacientes.

El futuro no es la sustitución ni las operaciones referidas, sino la reconstitución de órganos y tejidos. Por ejemplo, ante una falla cardíaca se quitaría la parte dañada y se pondría un andamio con células madres para repararlo.

En este escenario, los investigadores de la UNAM apuestan a la combinación celular con métodos de ingeniería de materiales, bioquímica y fisioquímica para restablecer funciones biológicas.

En su Laboratorio de Biomateriales crean y prueban andamios celulares, estructuras donde se depositan células y sustancias químicas y biológicas para guiar su crecimiento, diferenciación, implantación, distribución y organización.

Dichos soportes físicos, explicó Piña Barba, están hechos con biomateriales de tercera generación biocompatibles (no tóxicos ni genotóxicos) como los de primera (acero inoxidable, titanio y sus aleaciones, y algunos biopolímeros); además, son biodegradables y bioactivos (se ligan químicamente al tejido, como la hidroxiapatita con el hueso), como los de segunda generación.

Estos tienen poros interconectados donde se pueden meter células, vasos sanguíneos, arterias, venas o sistema linfático para la reconstitución tisular, lo cual los hace de tercera generación.

También deben responder a estímulos celulares específicos y favorecer la actividad en el rubro y la formación de una red vascular, agregó la especialista de la UNAM.

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