México: Industria farmacéutica denuncia que el sector público le adeuda US$ 531 millones
La Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam) dijo que las instituciones de salud tienen pagos atrasados con el sector desde la compra consolidada de medicamentos en el 2015.
María Alejandra Rodríguez, El Economista. Ante la deuda de institutos de salud en entidades como Veracruz, Tamaulipas y Estado de México en la compra consolidada de medicamentos desde el 2014, la industria farmacéutica pidió que estos hagan conciencia sobre el daño que ocasionan a la salud del país, y aseguran que no han tomado medidas legales porque no lo han querido hacer.
“Parar el surtido de medicamentos a los deudores es la última medida, lo que pedimos es que las entidades que no están cumpliendo no participen en los consolidados", indicó en entrevista Elia Cecilia Bravo Lamicq, vicepresidenta de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).
El pasado 20 de julio, Dagoberto Cortés, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam), dijo a El Economista que las instituciones de salud adeudan a la industria casi US$ 531 millones desde la compra consolidada de medicamentos en el 2015, por lo que negocian detener el abasto a quienes no paguen, medida que actualmente no pueden ejercer sin ser sancionados.
Cecilia Bravo refirió que el sistema consolidado para la industria es una desventaja, ya que se ven obligados a surtirle a quienes no les pagan, mientras que para las instituciones y entidades es una ventaja poder adquirir productos de calidad a precios competitivos.
Denunció que “este adeudo se viene arrastrando desde diferentes niveles, porque son recursos federales que se enviaron a los estados y debieron haberse destinado para lo que eran. Cuando una empresa no recupera lo que invirtió para seguir produciendo, se rompe la cadena, dañando a todo el sistema”.
La vicepresidenta de la Canifarma indicó que ellos como fabricantes no han modificado los precios de medicamentos por los bloqueos carreteros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). “Pero quizá en el nivel local algo estén haciendo las farmacias y distribuidores”.
El nivel de uso en México de los biotecnológicos y biocomparables –que ofrecen alternativas personalizadas de tratamiento– es bajo debido al desconocimiento de virtudes por parte de los médicos, y patentes múltiples en un mismo producto.
Abdieel Esquivel Aguilar, director de Proyectos de Investigación en Farmacología Clínica de la consultora I&I Pharma SC, comentó a El Economista que los medicamentos biocomparables carecen de difusión sobre sus atributos de calidad, traducido en una falta de aceptación tanto del médico como del paciente.
Lo anterior, “desde el punto de vista psicológico genera algo muy natural: incertidumbre, desconfianza y miedo, entonces por eso el paciente rechaza este tipo de productos”, detalló.
Los medicamentos biocomparables son semejantes a los de marca y se producen al vencerse las patentes originales, lo que aumenta la oferta en el mercado y reduce los precios.
En tanto, los medicamentos biotecnológicos son aquellos cuya sustancia activa es producida por un organismo vivo y es extraída, purificada y modificada mediante procesos tecnológicos patentados.
En el marco de la tercera edición del Foro de Calidad de los Medicamentos: Acceso, Farmacovigilancia y Contexto Latinoamericano, el consultor explicó que otra de las barreras son que “las patentes no son sólo de principio activo, es decir del fármaco, sino de todo el proceso, por lo que puede tener hasta 30 patentes de un mismo producto, una barrera porque aunque tengas el registro del activo biocomparable, tienes que esperar a que venza la patente de los controles de proceso”.
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