Tumores cerebrales y motocicletas, dos enemigos para los jóvenes de EE.UU.
En 2016 morirán 17.000 personas por tumores cerebrales primarios y quizás 5.000 por no usar casco en los Estados Unidos.
Cluster Salud. La cifra es grande: alrededor de 700.000 personas viven hoy con un tumor en el cerebro o el sistema nervioso central en los Estados Unidos. Y la expectativa es que se sumen 78.000 diagnósticos nuevos en este 2016. Unos 25.000 serán malignos y 53.000 no malignos. Por el lado de los decesos, habrá cerca de 17.000 originados en tumores primarios (o sea, originados en el sistema nervioso central y no metástasis). En adultos jóvenes de 15 a 39 años, estos tumores son la causa más común de muerte relacionada con cáncer.
En Estados Unidos también morir por un golpe desde fuera de la cabeza es más común de lo que se imagina. En especial si se tiene una motocicleta. En 2015, 5.010 fallecieron en accidentes, 450 más que en 2014. La diferencia, triste, es que contra un tumor nadie puede ponerse un casco que lo proteja.
Según las cifras, las muertes de motociclistas fueron al alza en 31 estados, cayeron en 16 y se mantuvieron similares en tres más el Distrito Columbia (DC). ¿Sólo azar? No. Sólo en 19 de los 50 estados que integran ese país el uso de cascos es obligatorio. De los restantes, en 28 existe la imposición, pero únicamente para los conductores de 18 a 21 años. Después (al igual que en los tres estados en que no hay limitación ninguna) se considera parte del sueño americano, la libertad de correr el riesgo de romperse la cabeza a cambio de sentir la brisa golpeando el rostro.
Sobre el punto, Jonathan Adkins, director ejecutivo de la Asociación de Seguridad en las Carreteras, comentó que -según datos estatales y nacionales- los motociclistas son mucho más propensos a ser heridos o muertos en un accidente que el resto de los conductores de vehículos de motor o sus pasajeros.
Los expertos en seguridad dicen que, aparte del casco en cuestión, el uso de ropa de colores brillantes; obedecer los límites de velocidad; y nunca conducir bajo la influencia del alcohol o las drogas, salvaría vidas. Exactamente 1.991 vidas entre los 18 y 29 años (en cifras de 2014). Pero, si de precaver se trata, somos más cabeza dura de lo necesario antes del accidente y mucho menos cabeza dura cuando éste está ocurriendo.
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