Así influye la masonería y el comunismo en la salud de Uruguay
La situación en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), donde se investigan presuntas irregularidades y la tensión es permanente en la interna, tiene una explicación que escapa a la gestión. Tampoco las influencias políticas, con el Partido Comunista dando apoyo y moviendo sus hilos para respaldar a la presidenta Susana Muñiz, alcanzan para entender la compleja trama. La masonería uruguaya juega su partido en ese organismo creado en julio de 2007 durante el primer gobierno del Frente Amplio, y termina de dar forma a ese cóctel.
Todo comienza con un cortocircuito entre Muñiz y el gerente general de ASSE, Richard Millán. Ambos discrepaban sobre qué hacer con el caso del hospital de Rivera, donde el exdirector Andrés Toriani había eludido normas de administración para contratar médicos y servicios. Millán pretendía iniciar el sumario y sacarlo del cargo, mientras que Muñiz no, como quedó de manifiesto en las sesiones de directorio cuando se trató el tema. De hecho la presidenta de ASSE quedó sola en la defensa a Toriani, cuando ASSE resolvió por mayoría sacarlo a él y al subdirector del hospital, Víctor Recchi.
El presidente Vázquez pidió ayuda al Frente Amplio para que la presidenta de ASSE y el gerente general pongan punto final a sus disputas.
Según dijeron a El Observador fuentes del Frente Amplio, Vázquez respalda a Millán, quien es masón al igual que el presidente de la República. Y al mismo tiempo coloca a Muñiz en una situación incómoda, a pesar del apoyo comunista. Parece imposible estimar o confirmar el alcance de esa influencia, pero en la coalición de izquierda manejan ese dato como clave para entender el entramado.
La masonería uruguaya ha tenido un fuerte vínculo con la salud. Varios médicos son algunos de sus más destacados integrantes.
Millán se define como metodista (iglesia cristiana establecida en Uruguay en 1836) y tiene un vínculo muy cercano con Álvaro Vázquez, uno de los hijos del presidente, quien llamó al gerente general de ASSE "querido amigo" y "hermano de la vida" en una publicación en su perfil de la red social Twitter el 1° de abril de este año.
Vázquez con Miranda
El presidente Vázquez se reunió días atrás con el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, para analizar el tema ASSE, que está en el ojo de la tormenta a partir de las denuncias de irregularidades surgidas de la comisión investigadora del Parlamento. El mandatario quiere revertir la imagen pública del organismo y por ello solicitó un estudio para divulgar aspectos positivos de la gestión en la última década. Pero la verdadera razón por la que Vázquez se reunió con Miranda fue para destrabar el lío entre Muñiz y Millán. En consecuencia, el presidente del FA formó una comisión integrada por Marcos Carámbula (senador aliado al PCU), Charles Carrera (senador del MPP) y Miguel Fernández Galeano (exsubsecretario de Salud Pública). Ese grupo tiene por cometido bajar la tensión en el directorio de ASSE, y al mismo tiempo reunir esos elementos positivos para los intereses del gobierno, agregaron las fuentes.
El Observador intentó comunicarse con Millán (que estaba de licencia esta semana), pero el gerente de ASSE no contestó las llamadas ni respondió los mensajes, los cuales fueron leídos según indicación de la aplicación de mensajería WhatsApp.
Los masones tienen como primer mandato no revelar la condición de otro "hermano". De todas formas, tres masones fueron consultados sobre la adhesión de Millán: dos se mantuvieron en la postura de no dar información y dijeron que no les constaba; el tercero admitió que el jerarca de ASSE sí forma parte de una logia.
Los "hermanos y la salud
Como fue dicho, la masonería ha tenido mucha influencia en la salud. Muchos de los más destacados miembros de las logias fueron y son médicos, entre los que se destaca el actual presidente de la República, Tabaré Vázquez Rosas. Al igual que él, también fue masón el médico y expresidente de la República Francisco Antonio Vidal. Del mismo modo el exintendente de Canelones Marcos Carámbula, y los dirigentes del Sindicato Médico del Uruguay (SMU) Gerardo Eguren y Alfredo Toledo, ambos médicos de profesión.
La masonería propició encuentros para destrabar conflictos en la salud, según confesó el ex venerable gran maestro y grado 33 Carlos Bolaña, en el libro La masonería uruguaya, el fin de la discreción (Fernando Amado, 2011), donde se dedica un capítulo entero al tema. "Nosotros siempre estamos para facilitar la salida de los conflictos. Y tenemos las herramientas porque tenemos hombres en todos lados. Bueno, acá en esta pieza –se refiere al living de su casa– se arreglaron muchos problemas cuando María Julia Muñoz era ministra de Salud Pública. Porque los problemas terminaban embromando al desgraciado de más abajo. Entonces, hermanos que estaban al tanto de los líos, se preocuparon, hablaron conmigo y generamos la instancia aquí para que se arreglara el problema", dijo Bolaña, en alusión al conflicto de los anestesistas en el verano de 2011.
Esa influencia masónica parece tener algunos sitios en la salud con más presencia. Según escribió Amado en su segundo libro sobre el tema, "las teorías populares señalan que la Asociación Española de Socorros Mutuos está controlada por los masones". Luego, su trabajo intenta dar argumentos para sostener esa afirmación, y entre otras cosas cita fuentes que describen la forma de actuar del extitular de esa institución, el colorado Óscar Magurno. "La vinculación de la Asociación Española y la masonería no comenzó con Magurno ni con la instalación de la Gran Logia en la calle Cassinoni 1481, sino que se remonta a la propia fundación de la institución de salud", dice Amado, y luego repasa los nombres de aquellos fundadores.
Según cuenta, la masonería se divide en dos ramas y la máxima jerarquía en la escala universal es el grado 33. En esa condición había 2.500 en 2011, y Uruguay tuvo a unos cuantos, entre los cuales había más de 30 médicos.
Si bien los masones advierten que sus actos en el mundo profano son individuales, algunas acciones a lo largo de la historia demuestran iniciativas en conjunto. Por ejemplo en 1987, y vinculado al tema sanitario, entregaron a las autoridades un anteproyecto de ley de creación de un "Sistema Nacional de Salud". En ese texto se establecía una forma jurídica de persona no estatal a un organismo que diera servicio a "todos los habitantes del país, sin distinción de ningún tipo".
Disponía del mismo modo porcentajes de descuento a los haberes recibidos por los beneficiarios.
Por último, Amado dedica algunas carillas a contar el fuerte vínculo del SMU con la masonería y la admiración de los médicos por el expresidente de Chile Salvador Allende, otro reconocido masón.
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