México: Crean primera clínica para la insuficiencia cardíaca
Hoy en el mundo se estima que 2 de cada 100 adultos padecen insuficiencia cardiaca, condición que, al empeorar con la edad, genera enormes gastos hospitalarios y una alta mortalidad; en América Latina 6,5 millones de personas viven con esta condición, cuyo costo financiero en la región alcanza los US$ 10,7 billones. Las enfermedades cardiacas afectan hasta 26% de la población mexicana y 2% de la población adulta tienen falla cardiaca. México es uno de los países de la región que mayor gasto tiene en enfermedades de esta índole, con US$ 6.100 millones anuales.
El doctor Eliodoro Baldemar Castro Montes, cardiólogo y fundador del Instituto de Corazón de Querétaro explicó que este es un evento que provoca alta mortalidad, muchas complicaciones, daño renal, hospitalizaciones frecuentes y finalmente muertes. “La falla cardiaca es un evento que va a complicar la vida de los pacientes y muchas veces es el final de la vida de los mismos; otro problema es que no se diagnostica oportunamente”.
Este es un problema de salud pública, por lo que es importante tratar oportunamente la enfermedad a través de un tratamiento multidisciplinario, explicó el especialista. Hoy la evidencia (el estudio Trends in heart failure incidence and survival in a community based population) revela que los pacientes con insuficiencia cardiaca predominantemente morirán dentro de los cinco años posteriores al diagnóstico.
En contraste, el sistema de salud médico en el país no ha tenido un desarrollo acorde a los cambios epidemiológicos que estamos observando, dijo el especialista: “Hay falta de acceso del paciente al manejo optimo, hay prescripciones inadecuadas y falta de apego del paciente al tratamiento”.
Ante este panorama, surge la Clínica privada de Insuficiencia Cardiaca del Instituto de Corazón de Querétaro, única en su tipo y que pretende atender además a la zona del Bajío y ser replicada a lo largo del país. “Como cardiólogos teníamos una preocupación extra… Hoy el objetivo es abogar por la prevención cardiovascular ejerciendo medidas anticipadas para evitar las complicaciones de las cardiopatías”, aseguró el doctor Salvador León González, director del Instituto.
El especialista dijo que el modelo supone un gran reto, “implica educación para los pacientes, sus familiares y una actualización médica continua, además de un trabajo de enfermería como piedra angular de este proyecto”.
Un nuevo modelo de atención
El modelo que se propone para esta clínica es de atención especializada para la insuficiencia cardiaca en cualquiera de sus estadios, con un abordaje diagnóstico y terapéutico multidisciplinario, todo esto en un programa de tres a seis meses de duración.
Aquí el pilar de la asistencia será a través de la enfermería encargada de la educación específica con los pacientes, valoración, control y seguimiento; gestiones y manejo de la información, “establecer metas con los pacientes, con agendas específicas y seguimiento directo, es algo que al sistema de salud se le está olvidando, estos pacientes necesitan estar en contacto… Está comprobado que el paciente que tiene contacto con el personal de salud no deja el tratamiento”, dijo Alejandra Romero, coordinadora de enfermería.
Con estos puntos se pretende mejorar el diagnóstico, lograr el acceso y adherencia al tratamiento médico óptimo y dispositivos con tecnología de punta; reducir readmisiones hospitalarias, tiempos de internamiento y consultas por urgencias; disminuir gastos asociados a hospitalización y mejorar la calidad y expectativa de vida de los pacientes.
En este nuevo modelo también hay una colaboración sin precedentes en las instituciones privadas de Medtronic y Novartis para desarrollar una metodología en común basada en educación,-donde las farmacéuticas acercan consultarías a través de expertos clínicos, comparten las buenas prácticas y manejo integral, seguido por entrenamiento a enfermeras y propuestas para establecer un kit de herramientas y material de educación para pacientes-, otra parte enfocada a procesos, para que sea un proyecto autosustentable y por último, el registro de pacientes para crear evidencia del mundo real.
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